La Organización Mundial de Comercio (OMC) levantó un tribunal (panel de resolución de controversias) para dirimir el caso de los aranceles que impuso Estados Unidos a las importaciones de acero y aluminio originarias de México.
En un principio, el presidente Donald Trump dijo que las industrias estadounidenses de acero y aluminio habían sido «devastadas por prácticas agresivas de comercio exterior», describiendo las consecuencias como «fábricas que se pudrieron» y «comunidades prósperas convertidas en pueblos fantasmas».
En términos de volumen, Canadá es el principal exportador de acero hacia Estados Unidos, representando el 16.5% del total y México es el cuarto exportador de acero hacia ese país, con 9.2 por ciento.
El 25 de enero de 2019, el director general de la OMC, Roberto Azevedo, procedió a establecer la composición del Grupo Especial, que está conformado por Elbio Rosselli (presidente), Esteban B. Conejos y Rodrigo Valenzuela.
Estados Unidos anunció el 8 de marzo que fijaría aranceles globales de 25% a las importaciones de acero y de 10% a las de aluminio, argumentando preocupaciones de seguridad nacional, y otorgó a 34 países exenciones, las cuales mantuvo a cambio de límites a través de cupos para los casos de Brasil, Argentina, Corea del Sur y Australia, mientras las extendió sólo hasta el 1 de junio para México, Canadá y las 28 naciones de la Unión Europea. Inicialmente, estas tarifas entraron en vigor el 23 de marzo.
Acero de China
Muchos analistas sostienen que la industria siderúrgica de China cuenta con un fuerte respaldo de entidades gubernamentales a nivel del gobierno central y local a través de créditos y subsidios de bajo costo. Esto permite que muchas empresas siderúrgicas chinas operen, incluso cuando no son rentables y están muy endeudadas. Algunos las llaman “zombis”.
El gobierno chino es reacio a permitir que dichas empresas quiebren debido a las preocupaciones sobre los efectos que los despidos podrían tener en la sociedad.
Un estudio de la Universidad Renmin calculó que la mitad de las empresas siderúrgicas chinas eran “empresas zombis”.
Subvenciones
En abril de 2016, la Representación Comercial de Estados Unidos publicó una lista de 86 subsidios gubernamentales entre 2011 y 2014 otorgados a Hebei Iron & Steel Company, una de las compañías siderúrgicas más grandes en China, datos que se obtuvieron de los informes anuales de la compañía.
De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria del Hierro y del Acero (Canacero) de México, la industria siderúrgica enfrenta un problema estructural. La aplicación de fuertes e importantes subsidios a las empresas chinas por parte de su gobierno ha originado una fuerte sobrecapacidad instalada y la posibilidad de ofrecer en su mercado precios muy preferentes a los del resto del mundo, generando una masiva migración de fábricas hacia China del resto del mundo y una gran transferencia de empleos manufactureros, derivados de las cadenas de valor del acero.
La sobreproducción de acero en China ocasionó condiciones insostenibles en el mercado y una agresividad en sus exportaciones a través de reducciones en los precios muy por debajo de los costos de producción, lo que generó cierres de plantas y pérdidas importantes en los niveles de empleo fuera de China, mientras que los molinos chinos sobrevivían con base a subsidios y apoyos de su gobierno.