La Organización Mundial de Comercio (OMC) realizará el proceso de selección de su Director General mientras transcurre la crisis del Covid-19 y la crisis de la propia organización.
Roberto Azevêdo anunció su renuncia como director general de la OMC, efectiva a partir del 31 de agosto de 2020.
Hace siete años, Azevêdo fue elegido en ese cargo tras competir en la última ronda del proceso electoral con el mexicano Herminio Blanco y en un contexto en el que permanecía (aún está) trabada la Ronda Doha.
En cambio, Azevêdo logró impulsar el Acuerdo de Facilitación del Comercio (AFC), que podría reducir los costos del comercio internacional hasta un intervalo de 12.5% y 17.5% a nivel mundial, según estimaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
En tanto, según cálculos de la propia OMC, las ganancias globales de exportación de la implementación total del AFC podrían variar de 750,000 millones de dólares a más de 3.6 billones de dólares por año y, para el período 2015-2030, podrían aumentar el crecimiento de las exportaciones mundiales en un 2.7% anual y generar un alza del PIB mundial superior al 0.5% anual.
“Este agosto completaré siete años como Director General de la OMC. Y he decidido que renunciaré a mi puesto actual el 31 de agosto de 2020, acortando mi segundo mandato en exactamente un año”, dijo en una reunión virtual de todos los Miembros de la OMC.
OMC y desafíos
El gobierno de Estados Unidos ha criticado el poder que adquirió el Órgano de Apelación de la OMC, el cual ha quedado desmantelado e inoperante por el bloqueo estadounidense a renovar a los panelistas cuyo periodo de funciones venció.
En general, Estados Unidos ha bloqueado la designación de nuevos panelistas como una medida de presión para generar una reforma interna a la OMC, con el propósito de reducir el número de miembros clasificados como “en desarrollo” y mermar sus beneficios consecuentes, así como aclarar las disposiciones vinculantes en materia judicial, erosionando lo que se perfila como un sistema de “justicia” y llevándolo más a uno “conciliatorio” a través de negociaciones.
Azevêdo dejará su cargo en medio de una guerra comercial entre Estados Unidos y China y numerosos desafíos en el sistema multilateral de comercio.
“Sabemos que la OMC no puede quedarse congelada mientras el mundo a su alrededor cambia profundamente. Asegurar que la OMC continúe respondiendo a las necesidades y prioridades de los miembros es un imperativo, no una opción. La ‘nueva normalidad’ que emerge de la pandemia de COVID-19 tendrá que reflejarse en nuestro trabajo aquí”, dijo.
Según él, adelantar su partida permitiría a los Miembros elegir a su sucesor en los próximos meses, sin desviar la energía y la atención políticas de los preparativos de la Duodécima Conferencia Ministerial (CM12), que se ha previsto celebrar en 2021.
“Debemos dar a mi sucesor tiempo suficiente no solo para planificar, junto a ustedes, el camino para la CM12, sino también para ver cómo esa Conferencia se ajusta a los proyectos que tienen para el futuro de la Organización”, concluyó. “Cuanto antes entre en funciones el nuevo Director General, mejor”.