La producción agrícola brasileña aportará más al mundo en los próximos años, de acuerdo con previsiones difundidas por el gobierno de Brasil en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Con un crecimiento previsto de la producción agrícola de alrededor de 3% anual, muy por encima de las proyecciones de crecimiento demográfico en Brasil (inferior a 1% anual), se espera que el mundo se beneficie de los crecientes excedentes exportables de Brasil en el futuro.
Además, se espera que la proporción del consumo interno en la producción interna de maíz, soja y azúcar, que actualmente se sitúan en 72.7, 37.4 y 27%, respectivamente, disminuyan en los próximos 10 años, aumentando aún más los mencionados excedentes.
Producción agrícola brasileña
Brasil sigue siendo un actor importante en el comercio agrícola mundial, representando 5.2% del total de las exportaciones agrícolas del mundo en 2020, una cuota básicamente similar a la registrada cuatro años antes (5.1 por ciento).
Brasil siguió siendo el tercer mayor exportador mundial de productos agrícolas, por detrás de la Unión Europea y Estados Unidos.
En 2020, Brasil mantuvo su posición como mayor proveedor mundial de azúcar, zumo de naranja, café, carne de ave, carne de vacuno y soja.
Asimismo, en 2021, los productos derivados de la soja siguieron siendo la principal exportación agrícola (39.8%), seguidos de los productos cárnicos, especialmente la carne de ave y de vacuno (16.4%), la pasta de madera (11.5%), la caña de azúcar (8.5%) y el café (5.3 por ciento).
Así que Brasil es un importante productor y exportador mundial de productos agrícolas y ha mantenido su crecimiento en las exportaciones agrícolas en el contexto de la pandemia de Covid-19 y la crisis de Ucrania, desempeñando un papel importante en el mantenimiento de la estabilidad y la seguridad de la cadena mundial de suministro de alimentos.
Cambio climático
Por otro lado, en 2009, Brasil expresó su compromiso voluntario de reducción de las emisiones de GEI, en un rango de 36.1 a 38.9% en relación con la emisión prevista en 2020.
Como resultado de esos compromisos, Brasil lanzó en 2010 el Plan de Agricultura de Bajo Carbono (ABC), que abarca el período hasta 2020 y representa uno de los principales instrumentos de la política agrícola brasileña para promover la sostenibilidad y hacer frente a los efectos perjudiciales del cambio climático en la agricultura.
El objetivo del Plan ABC es armonizar las acciones de desarrollo sostenible y mitigación en todo el sector productivo rural, a partir de estímulos a la adopción de prácticas y tecnologías que permitan obtener resultados simultáneamente en la mitigación de las emisiones de GEI y en la adaptación de los sistemas al cambio climático, además de proporcionar ganancias de productividad y sostenibilidad.
Para el periodo 2020-2030, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (MAPA) lanzó un nuevo Plan ABC, denominado Plan de Adaptación al Cambio Climático y Bajas Emisiones de Carbono en la Agricultura (ABC+).
Entre las metas proyectadas hasta 2030 está la de ampliar las áreas destinadas a la adopción de prácticas de recuperación de pastos degradados (en 30 millones de hectáreas), las áreas enfocadas a la adopción de sistemas de siembra directa, las áreas que adoptan sistemas de integración, las áreas destinadas a la adopción de bosques plantados, entre otras.