La recuperación económica de Brasil podría verse comprometida por la escalada de la crisis política, opinó la aseguradora de crédito francesa Coface.
Después de ocho trimestres consecutivos de contracción, la actividad económica de Brasil aumentó 1% en el primer trimestre de 2017 frente al trimestre inmediato anterior.
El resultado marca el final de la peor recesión del país. Sin embargo, en la comparación interanual, el Producto Interno Bruto (PIB) retrocedió 0.4%, tras una caída de 2.5% en el período anterior y con el duodécimo resultado negativo consecutivo.
La Coface estima que el PIB brasileño subirá 0.4% en 2017 y le ha dado una evaluación C (alto) de riesgo país.
Según la aseguradora francesa, la continuidad de la recuperación económica se ha vuelto “más vulnerable” en las últimas semanas debido al reciente aumento de la agitación política.
El presidente brasileño, Michel Temer, es el segundo presidente en el espacio de un año que está luchando por permanecer en el cargo (Dilma Rousseff sufrió una destitución en agosto de 2016).
El entorno económico relativamente mejor no significa que la nueva turbulencia política no tenga consecuencias para el PIB de Brasil. Esta crisis política, de acuerdo con la Coface, puede impactar sobre la economía brasileña a través de tres diferentes canales:
- Una nueva pérdida de confianza: Este año los índices de confianza han mejorado en comparación con 2016. Sin embargo, la mayor incertidumbre política tiende a impactar negativamente. Por lo tanto, es menos probable una recuperación de las inversiones o el consumo en los próximos meses. El primer indicador registró una contracción del 6.7% en 12 meses acumulados en el primer trimestre de 2017. La tasa de inversión se situó en sólo el 15.6% del PIB, frente al 16.8% del primer trimestre del año pasado. Mientras tanto, el consumo de los hogares siguió siendo débil (-3.3% en la misma base de comparación), gracias al deterioro del mercado de trabajo (tasa de desempleo del 13.6% en abril). De hecho, la recuperación económica en el primer trimestre del año fue impulsada principalmente por la agricultura, que creció en un impresionante 13.4% intertrimestral. La industria creció un 0.9%, mientras que los servicios se mantuvieron estables. En los próximos trimestres, el riesgo de una nueva contracción no debería eliminado, ya que la contribución del sector primario suele ser mayor en los primeros meses del año.
- Falta de reformas económicas necesarias: El momento para la divulgación no podría haber sido peor. El gobierno esperaba que la impopular reforma de la seguridad social fuera votada y aprobada en la Cámara Baja a finales del mes anterior. Esto habría sido el mayor triunfo de Temer y sumamente importante para contener la espiral de la deuda pública (la deuda bruta alcanzó 71.7% del PIB en abril de 2017, frente al 51.5% del PIB a finales de 2013). Ahora, con un apoyo débil, la reforma probablemente no será votada en los próximos meses. Incluso si Temer tiene un juicio político y un nuevo presidente pro-empresario asume el cargo de interino, la proximidad de las elecciones generales que se celebrarán en octubre de 2018 puede obstaculizar la aprobación de la reforma.
- Un ciclo de alivio más contenido: En la última reunión del comité de política monetaria el 31 de mayo, el consejo decidió por unanimidad aprobar una reducción de 1 punto porcentual en las tasas de interés. La caída estuvo en línea con las expectativas del mercado, que habían revisado sus estimaciones desde 1.25 puntos porcentuales después del reciente episodio. El boletín puso de relieve que el principal riesgo para la política monetaria proviene ahora del aumento de la incertidumbre sobre el camino de las reformas en medio de los recientes acontecimientos del lado político.
El nuevo escándalo se desencadenó cuando un periódico local reveló el 17 de mayo parte de la negociación con el presidente de una empresa brasileña de procesamiento de carne, la más grande del mundo. El ejecutivo grabó secretamente su reunión el 7 de marzo con el presidente Temer. La grabación reveló que el presidente de Brasil aprobó una asignación mensual al ex presidente de la Cámara Baja, Eduardo Cunha, a cambio de su silencio. Cunha está actualmente encarcelado por su papel en el escándalo de corrupción de Petrobras. Además, en la misma cinta, el presidente de Brasil también sugirió al ejecutivo que se pusiera en contacto con el congresista Rodrigo Rocha Loures (también del partido gobernante, el PMDB) para resolver una cuestión inespecífica para el grupo económico. Loures fue filmado por la policía aceptando una bolsa con 500,000 reales (aproximadamente 153,000 dólares estadounidenses) en efectivo, enviada por un representante del grupo de procesamiento de carne. Temer negó haber cometido un error y dijo que no renunciaría. Él se presenta como la víctima de lo que llamó una «trampa perfecta» realizada por el grupo para la inmunidad casi total de la persecución. El ministro de la Corte Suprema, Edson Fachin, quien supervisa la operación de “lavado de autos”, autorizó al fiscal general Rodrigo Janot para abrir una investigación criminal contra el presidente Temer. El futuro del presidente de Brasil está ahora en manos de la corte y de sus aliados en el Congreso.
Hay una investigación en curso sobre el financiamiento ilegal de campaña en las elecciones presidenciales de 2014, en el que se ha involucrado a Rousseff y Temer. Entre los días 6 y 8 de junio de 2017, el Tribunal Superior Electoral del país se reunirá para juzgar el caso. De acuerdo con la Constitución, si el presidente Temer es expulsado, el Presidente de la Cámara de Diputados asume el cargo de interino y tendría que convocar elecciones indirectas dentro de los 30 días. El presidente electo permanecería en el poder hasta el final de 2018. Sin embargo, cualquiera de los siete ministros electorales que juzgarán el caso puede pedir más tiempo para estudiar el asunto. Esto retrasaría la sentencia por un período indefinido y, por tanto, la incertidumbre prevalecería durante un período más largo. Además, incluso si hay una anulación, Temer podría apelar a la Corte Suprema. Cuanto más tiempo tome este caso, mayor será el impacto sobre la economía del país.