La Unión Europea publicó una lista de productos sobre los que aplicaría aranceles a las importaciones de Estados Unidos, en respuesta a la medida adoptada por el presidente Donald Trump de fijar impuestos a las compras externas de acero y aluminio.
La lista incluye bienes agrícolas, textiles, tabaco, productos del acero, botes, barcos, vehículos automotores, electrodomésticos, calzado, motocicletas y whisky, entre otros.
De acuerdo con medios europeos, un alto funcionario de la Comisión Europea dijo que la “lista de respuesta” era para «consultas con las partes interesadas» y agregó que el valor total de las exportaciones estadounidenses podría llegar a 6,400 millones de euros, considerando todos los productos.
La lista incluye productos por valor de 2,800 millones de euros y podrían considerarse aranceles de hasta 25 por ciento.
El presidente Trump impuso el 8 de marzo de 2018 aranceles de 25% a las importaciones de acero y de 10% a las de aluminio, argumentando preocupaciones de seguridad nacional; pero dejó abierta la opción de excepciones para ciertos aliados de su país, entre ellos México y Canadá.
Sin embargo, la exclusión temporal de sus dos vecinos está condicionada al logro de un Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) actualizado y beneficioso para la economía estadounidense.
Trump dijo que las excepciones permanentes a estos aranceles podrían incluirse en el TLCAN, dependiendo de lo que México y Canadá estén dispuestos a comprometer. Los aranceles no se aplicarían, por tanto, durante el proceso de renegociación.
Los impuestos a la importación entrarán en vigencia en los 15 días posteriores a la ceremonia de firma que se llevó a cabo en Washington DC. Antes del evento, Trump escribió en Twitter que los Estados Unidos mostrarían «una gran flexibilidad y cooperación hacia aquellos que son verdaderos amigos y nos tratan justamente tanto en el comercio como en el ejército».
Trump dijo que las industrias estadounidenses de acero y aluminio habían sido «devastadas por prácticas agresivas de comercio exterior», describiendo las consecuencias como «fábricas que se pudrieron» y «comunidades prósperas convertidas en pueblos fantasmas».