La crisis en la Organización Mundial de Comercio (OMC) ha tocado su punto más tenso en la era del presidente Donald Trump, y lo más probable es que todavía la crisis empeore, previó Krzysztof Pelc, profesor del departamento de Ciencia Política de la Universidad de McGill.
Abiertamente Trump ha expresado su desacuerdo con las reglas de la OMC, no obstante sólo se ha encargado de seguir una política que empezó en la administración de su antecesor, Barack Obama.
“Aunque la administración Trump no es fanática de la OMC, es importante recordar que esta crisis, en particular y el bloqueo de los Estados Unidos de los nombramientos de nuevos miembros del Órgano de Apelación, se remontan a Obama. En otras palabras, esto es más grande que la sospecha de Trump sobre el multilateralismo”, dijo Pelc.
El 10 de diciembre expiraron los mandatos de dos de los tres integrantes actuales del Órgano de Apelación de la OMC, dejándolo sin quorum para poder funcionar.
Con la expiración del mandato de dos de sus últimos tres integrantes, ya no será posible el funcionamiento del Órgano de Apelaciones.
Por lo anterior, ante un diferendo comercial, los miembros de la OMC sólo contarán con una instancia, sin la posibilidad de recurrir a una segunda, como lo era el Órgano de apelaciones, que pueda confirmar o modificar las interpretaciones legales del Grupo Especial.
OMC, aún más abajo
En ese contexto, Pelc proyectó que lejos de ver una pronta salida a la situación que impera en la OMC, las cosas se van a poner más complicadas.
“Varios estados miembros ya han presentado propuestas. Estados Unidos aún tiene que hacerlo. Cualquier crisis tiene el potencial de generar reformas positivas. Mi sensación es que antes de obtener estos, las cosas empeorarán, en lugar de mejorar”, dijo.
Con su proceder, Estados Unidos debilitó así uno de los tres pilares primordiales en que se basa la OMC: el sistema de solución de diferencias.
Las otras dos funciones esenciales de OMC son, por una parte, la administración de los acuerdos derivados de la Ronda Uruguay, y por otra, la negociación de nuevas disciplinas y reducción de aranceles y otras barreras al comercio.
Visiones controvertidas
Pelc indicó que lo que está pasando en la OMC tiene que ver con el choque de dos formas de entender el comercio internacional, por un lado Estados Unidos y por el otro, la Unión Europea.
“(El problema consiste en) una división entre los Estados Unidos y la Unión Europea, especialmente, sobre su visión del derecho internacional. Europa se siente más cómoda con un sistema similar a un tribunal, dada su propia experiencia con los tribunales europeos, mientras que Estados Unidos sospecha más de un tribunal internacional, con una jurisprudencia coherente y un precedente vinculante”, dijo.
Por Luis Moreno