Las subsidiarias de matrices estadounidenses instaladas en México dirigen 27% de sus ventas totales a Estados Unidos, de acuerdo con una investigación del Congreso de la Unión Americana.
Ese porcentaje es de 20% para el caso de las filiales ubicadas en Canadá y de 6% para las establecidas en China, según datos oficiales del 2014, los últimos disponibles a la fecha. Según el análisis, las naciones que antes eran hostiles a la inversión directa estadounidense ahora compiten agresivamente por este tipo de flujos provenientes de Estados Unidos, al ofrecer incentivos a las empresas estadounidenses.
Sin embargo, en Estados Unidos continúa un debate sobre los méritos relativos de la inversión directa de sus empresas en el exterior. Algunos estadounidenses creen que estas inversiones desplazan algunos puestos de trabajo a países de bajos salarios. Sostienen que tales cambios aumentan las importaciones, afectando negativamente el empleo en Estados Unidos, el déficit comercial y el crecimiento económico.
Los economistas generalmente creen que las empresas invierten en el extranjero porque poseen algún conocimiento especial sobre el proceso o el producto, o porque poseen habilidades gerenciales especiales que les dan una ventaja sobre las firmas extranjeras.
En general, de acuerdo con la investigación, las empresas estadounidenses invierten en el extranjero para servir al mercado local extranjero, en lugar de producir bienes para exportar a Estados Unidos, aunque algunas compañías establecen operaciones en el extranjero para reemplazar las exportaciones o la producción de Estados Unidos o para acceder a materias primas, mano de obra barata u otros mercados.
En el 2014, 10% de las ventas de afiliados extranjeros a las empresas matrices estadounidenses del comercio de Estados Unidos es superior al promedio de México y Canadá, debido en parte a acuerdos comerciales formales y a la cercana proximidad física de los socios comerciales. Las empresas de EU que operaban en China tenían 82% de sus ventas en China y 6% de sus ventas a Estados Unidos.
Una de las preocupaciones más comúnmente expresadas acerca de la inversión directa foránea de los Estados Unidos es que las empresas matrices estadounidenses invierten en el extranjero para enviar trabajos de bajo salario en el extranjero. Tales efectos son difíciles de medir porque son pequeños en comparación con cambios mucho mayores ocurridos dentro de la economía de los Estados Unidos. Además, ninguna agencia gubernamental estadounidense recopila datos sobre empresas estadounidenses de tal manera que sea posible rastrear un cierre de planta en EU con una apertura de planta comparable en un país extranjero.