El candidato presidencial de Morena, PT y Encuentro Social, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que, en caso de ganar las elecciones, pedirá al presidente Enrique Peña Nieto detener las rondas de licitación petroleras y revisar los contratos adjudicados hasta ahora.

Adicionalmente, bajo su mandado, México dejaría de exportar petróleo y, en tres años, dejaría de importar gasolinas, lo que permitiría, añadió, reducir el costo de los hidrocarburos.

«Una de las cosas que voy a tratar al día siguiente de la elección con el Presidente Peña, el día 2 de julio, luego de nuestro triunfo, va a consistir en que se detengan ya la entrega de los contratos para que empresas particulares exploten el petróleo en nuestro país.

“Se van a revisar todos los contratos que se han firmado en este tiempo, y uno por uno se van a someter a un análisis para ver si cumplen con los requisitos legales y para que además no sean contratos producto de la corrupción. No queremos contratos como los de Odebrecht», dijo después de hacer una guardia de honor en el Monumento a Lázaro Cárdenas.

México ha adjudicado cerca de 90 contratos para la exploración y explotación de hidrocarburos.

“Nosotros hacemos el compromiso de rescatar la industria petrolera y eléctrica, que están atravesando por uno de los peores momentos de la historia de nuestro país (…) al grado de que ahora estamos produciendo lo que se extraía de petróleo hace 40 años, y va en picada la producción petrolera.

“Engañaron al pueblo de México con la reforma energética, cuando hicieron la campaña para entregar bloques del territorio nacional a la exploración, a la perforación de los pozos a compañías nacionales y extranjeras. Decían que iba a llegar la inversión extranjera a México, que se iba a reactivar la economía, que se iba a producir más petróleo. Ha trascurrido el tiempo y esto no se ha dado”, añadió López Obrador.

Según el gobierno mexicano, la reforma energética introduce una profunda transformación en la industria mexicana de hidrocarburos y en las actividades del Sistema Eléctrico Nacional para elevar su productividad e incrementar la calidad de sus servicios, traduciéndose en una mayor disponibilidad de petróleo, gas natural y sus derivados, así como en un servicio público de energía eléctrica de mejor calidad, con mayor cobertura y a precios más competitivos.

Antes de la entrada en vigor de la Reforma Energética, el sector energético en México permanecía cerrado casi en su totalidad a la inversión privada. Las empresas estatales, Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) realizaban todas las actividades en la cadena de valor de los mercados energéticos.

“Decían los funcionarios del gobierno que para este año se iban a estar produciendo 2 millones 800,000 barriles diarios y la producción actual es de 1 millón 800,000 barriles diarios (sic), y no se está trabajando en exploración ni perforación, está en total abandono la industria petrolera; nosotros vamos a intervenir de inmediato”, comentó López Obrador.

La Reforma Energética implicó transitar de un esquema monopólico de paraestatales hacia un mercado donde éstas pudieran convertirse en empresas productivas del Estado para competir con compañías privadas. La Reforma Energética también fortaleció a los órganos reguladores del sector –la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Comisión Reguladora de Energía– y creó un Fondo Mexicano del Petróleo para la Estabilización y el Desarrollo, una Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos, así como dos operadores independientes de los sistemas eléctrico y de gasoductos: el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) y el Centro Nacional de Control del Gas Natural (Cenagas), respectivamente.

“Vamos a tener a los mejores abogados en esta materia para revisar contratos, y en su caso acudir a los tribunales correspondientes; no le hace que nos lleve tiempo, pero tenemos que limpiar de corrupción a Pemex, y a toda la industria petrolera”, comentó López Obrador.

“Una de las cosas que vamos a tratar al día siguiente de la elección con el presidente Peña, el día 2 de julio, luego de nuestro triunfo, se va insistir en que se detenga ya la entrega de los contratos para que las empresas de los particulares exploten el petróleo de nuestro país, sobre todo voy a pedirle que ya se detenga la entrega de la costas de Yucatán y Quintana Roo, porque se trata de las regiones turísticas más importantes del país”, agregó

“Voy también a pedirle que ya no se entreguen campos petroleros ni en tierra ni en aguas someras, y que ya se detenga la entrega y la privatización de la industria eléctrica”, dijo.

En la entrevista con reporteros, López Obrador hizo otras declaraciones sobre el mismo tema.

“Quiero informarles también que hago el compromiso de que, a mediados del sexenio próximo, a los tres años de haber llegado, vamos a dejar de comprar gasolinas en el extranjero porque se van a habilitar las seis refinerías y se van a construir dos grandes refinerías. Una en Atasta, Campeche, y otra en Dos Bocas, Paraíso, Tabasco: ya no vamos a vender petróleo crudo al extranjero.

“Vamos a procesar toda la materia prima en nuestro país para bajar el precio de los combustibles. No hay ninguna justificación para que la gasolina en México sea más cara que en Estados Unidos, y que incluso esté más cara que en Guatemala, donde no tienen petróleo, todo esto es por la corrupción que impera en el sector energético del país.

“No es posible que la gasolina en Estados Unidos cueste 13 pesos, y la más barata en nuestro país cueste 18 pesos”, dijo.

Concluyó: “Ellos dicen que no es negocio hacer refinerías, porque ellos tienen el negocio de la compra de la gasolina en el extranjero. Desde hace 40 años no se construye una refinería. ¿Cómo no van a hacer negocio si en Estados Unidos tienen 150 refinerías y nosotros tenemos seis, que de manera perversa han venido dejando que se conviertan en chatarra?”