La Unión Europea se ubicó como el mayor exportador agrícola del mundo, con ventas externas extra bloque por 598,000 millones de dólares en 2016, de acuerdo con datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Le siguieron Estados Unidos, Brasil, China, Canadá, Indonesia, Argentina, Tailandia, Australia e India.
El sector agroalimentario brinda a las economías en desarrollo posibilidades para su incorporación a las cadenas de valor mundiales a través de la producción y el intercambio de productos agropecuarios.
Las cadenas de producción agroalimentarias permiten a las pequeñas y medianas empresas (pymes) conectarse con las pequeñas explotaciones agrícolas, que constituyen la base de las redes comerciales en las economías emergentes, y facilitan así su acceso a los mercados internacionales.
Estados Unidos y la Unión Europea son los principales proveedores de las cadenas de valor mundiales en el sector agroindustrial. Eso puede deberse, en parte, al predominio de las empresas multinacionales europeas y estadounidenses en el sector, así como a la intensidad de los intercambios en sus redes de filiales operativas.
Los productos alimenticios y la agroindustria están adquiriendo creciente importancia en las economías del Asia sudoriental. Por ejemplo, Malasia, Tailandia e Indonesia se cuentan entre los principales exportadores de productos alimenticios del mundo, y producen y exportan a sus asociados en las cadenas de valor mundiales, para su ulterior elaboración, productos agrícolas semielaborados, como el aceite de palma.
La Unión Europea se colocó también como el primer importador de bienes agrícolas. Atrás de ese bloque de 28 países quedaron, en orden descendiente: Estados Unidos, China, Japón, Canadá, Corea del Sur, India, Hong Kong, México y Rusia.