Estados Unidos y México se ubican como los mayores consumidores de fructosa en el mundo, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
También la OCDE prevé que ambos países sigan siendo los mayores consumidores de fructosa en 2032.
El jarabe de maíz con alto contenido de fructosa se utiliza principalmente en bebidas como sustituto del azúcar.
A diferencia del azúcar, es un producto líquido y, por tanto, es menos fácil de comercializar.
El consumo global seguirá siendo dominio de un grupo limitado de países sin un desarrollo real, proyecta la OCDE.
Los principales productores, Estados Unidos y México, seguirán siendo los principales consumidores con 13.7 kg y 9.2 kg por persona respectivamente en 2032.
En Estados Unidos, desde mediados de la década de 2000, cuando representaba junto con el azúcar los dos principales edulcorantes calóricos en igual proporción, su participación ha disminuido.
Según la OCDE, se espera que esta tendencia continúe ya que el debate sobre el posible mayor peligro para la salud del Jarabe de Maíz de Alta Fructosa (JMAF) en comparación con el azúcar aún está en curso.
En 2032, se prevé que ambos productos representen, respectivamente, 31 y 69 del consumo de edulcorantes calóricos en los Estados Unidos.
Consumidores de fructosa
En México, se pronostica que los esfuerzos del gobierno para reducir el consumo de edulcorantes calóricos y la disminución del consumo per cápita de JMAF continúen a lo largo de los próximos diez años.
Como resultado, y debido a que la demanda de JMAF no cambiará mucho, se prevé que Estados Unidos registre una disminución de la producción (-13%) en comparación con el período base y alcance 6 Mt en 2032.
China, el mayor productor de almidón del mundo, se espera que experimente los mayores cambios, ya que su consumo de edulcorantes calóricos per cápita es muy bajo en comparación con el resto del mundo.
Desde 2020, los precios del maíz han aumentado, y esto se repercutió en el costo de producir/consumir JMAF, lo que llevó a cierta sustitución por azúcar u otros edulcorantes alternativos en los refrescos, dependiendo de la rentabilidad de los productos.