Los tres factores destacados que redujeron la compra de vehículos nuevos en Estados Unidos son la escasez de chips semiconductores, la guerra en Ucrania y los bloqueos relacionados con Covid-19 que cerraron fábricas en China.
Como punto de referencia, las compras de vehículos nuevos en el mercado estadounidense en 2022, de 13 millones 754,000 unidades, cayeron a su nivel más bajo desde 2011.
Otra ponderación: ese mismo volumen descendió 8% a tasa interanual.
En los años previos a la pandemia de Covid-19, las ventas de automóviles de pasajeros nuevos y camionetas livianas en Estados Unidos promediaron alrededor de 17 millones de unidades por año.
De acuerdo con datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos, la tendencia reciente fue así: de 2019 a 2020, las ventas pasaron de 16 millones 961,000 a 14 millones 472,000 unidades, y de 2021 a 2022, las ventas se redujeron de 14 millones 947,000 a 13 millones 754,000 unidades.
También en comparación con los años previos de la pandemia, las transacciones de unidades usadas promediaron más del doble de las correspondientes a vehículos nuevos.
Al comienzo de Covid-19, las compras de vehículos nuevos cayeron por debajo de una tasa de ejecución anual de 9 millones de unidades, y los fabricantes se apresuraron a cancelar los pedidos de suministro, incluidos los compromisos de capacidad de semiconductores, capacidad que rápidamente se utilizó para otros usos.
Compra de vehículos
Pronto, la combinación de pagos de estímulo y gastos restringidos (en cosas como viajes y cenas) resultó en un consumidor particularmente optimista.
A pesar de la fuerte demanda de vehículos nuevos, las limitaciones de suministro de semiconductores comenzaron a reducir los volúmenes de producción a mediados de 2021.
Desde entonces, los fabricantes han logrado solo alrededor de 80% de los niveles de producción “normales”.
Según iShares Trust, esa demanda insatisfecha de vehículos nuevos inevitablemente saltó sus bancos, fluyendo sin cesar hacia el mercado usado.
Los precios de los vehículos usados se volvieron parabólicos a lo largo de 2021, superando 70% por encima de los niveles anteriores a Covid-19.