China encabezó la lista de los mayores países exportadores de mercancías a nivel global en 2017, con 2 billones 098,000 millones de dólares, informó la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Le siguieron Estados Unidos, Alemania, Japón, Países Bajos, Hong Kong, Francia, Corea del Sur, Italia y Reino Unido.
Según los economistas de la OMC, se prevé que el comercio mundial de mercancías siga experimentando un fuerte crecimiento en 2018 y 2019, tras registrar en 2017 su mayor aumento en seis años, pero la continuación de su expansión depende de que haya un sólido crecimiento económico mundial y de que los gobiernos apliquen políticas monetarias, fiscales y sobre todo comerciales adecuadas.
La OMC pronostica un crecimiento del volumen del comercio de mercancías, medido por el promedio de las exportaciones y las importaciones, del 4,4% en 2018, cifra más o menos equiparable al incremento del 4,7% registrado en 2017. Se prevé que el crecimiento se reduzca al 4,0% en 2019, por debajo de la tasa media del 4,8% registrada desde 1990 pero aún muy por encima de la media posterior a la crisis, del 3,0%. Sin embargo, hay señales de que quizás las crecientes tensiones comerciales estén ya afectando a la confianza de las empresas y las decisiones de inversión, lo que podría comprometer estas perspectivas.
La impredecibilidad de la evolución de la economía mundial en el futuro próximo y la incertidumbre sobre las medidas que tomarán los gobiernos en relación con las políticas monetarias, fiscales y comerciales aumentan el riesgo de contención de la actividad comercial.
Un repunte de la inflación que redunde en un incremento de los tipos de interés, endurecimiento de las políticas fiscales e imposición de medidas restrictivas del comercio son factores que podrían desacelerar el crecimiento del comercio durante los dos próximos años.
«El escaso crecimiento del comercio internacional registrado en los últimos años refleja en gran medida la persistente debilidad de la economía mundial. El comercio puede fortalecer el crecimiento mundial si la circulación de mercancías y el suministro de servicios a través de las fronteras se mantiene en general sin trabas.
“No obstante, si los encargados de la formulación de políticas tratan de hacer frente a las pérdidas de puestos de trabajo en sus respectivos países mediante la imposición de rigurosas restricciones a la importación, el comercio no puede contribuir a impulsar el crecimiento y puede incluso representar un lastre para la recuperación», dijo el director general de la OMC, Roberto Azevêdo.