El Presidente estadounidense, Donald Trump, autoevaluó este martes como correcta su estrategia de imponer aranceles a diversos países y de amenazar con elevar más para alcanzar lo que considera un comercio justo.

Su declaración se produjo un día antes de la visita a la Casa Blanca del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

«¡Las tarifas son las mejores! O bien un país que ha tratado injustamente a Estados Unidos en comercio negocia un trato justo, o se ve golpeado por aranceles. Es así de simple», escribió el Mandatario en su cuenta de Twitter.

«Esto debería haber tenido lugar hace muchos años, pero como dice el refrán, ¡mejor tarde que nunca!», añadió.

Estados Unidos anunció el 8 de marzo que fijaría aranceles globales de 25% a las importaciones de acero y de 10% a las de aluminio, argumentando preocupaciones de seguridad nacional, y otorgó a 34 países exenciones, las cuales mantuvo a cambio de límites a través de cupos para los casos de Brasil, Argentina, Corea del Sur y Australia, mientras las extendió sólo hasta el 1 de junio para México, Canadá y las 28 naciones de la Unión Europea. Inicialmente, estas tarifas entraron en vigor el 23 de marzo.

El mes pasado, el presidente Trump instruyó al representante comercial de los Estados Unidos, Robert Lighthizer, que identifique productos chinos por un valor de 200,000 millones de dólares para aplicarles aranceles adicionales del 10 por ciento.

Explicó que esta determinación la tomó después de que China anunció que fijará aranceles de represalia sobre 50,000 millones de dólares en importaciones originarias de China.

Trump comentó que el arancel adicional del 10% sobre bienes chinos por un valor de 200,000 millones de dólares entrará en vigor «después de que el proceso legal esté completo». Esa tarifa se hará efectiva si China se niega a cambiar sus prácticas desleales de comercio y sigue violando los derechos de propiedad intelectual, y su aplica las represalias contra Estados Unidos.

Paralelamente, en otro caso, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, inició el 23 de mayo una investigación sobre si las importaciones de automóviles, camionetas, autopartes y camiones livianos representan una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos, lo que podría concluir en la fijación de aranceles globales a esos productos.