Los flujos mundiales de Inversión Extranjera Directa (IED) cayeron un 23% en 2017, a 1.43 billones de dólares, informó la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés).

La disminución contrasta fuertemente con otras variables macroeconómicas, como el PIB y el comercio, que experimentaron una mejora sustancial en 2017.

La caída fue causada en parte por una disminución del 22% en el valor de las fusiones y adquisiciones transfronterizas netas (fusiones y adquisiciones). Pero incluso descontando los grandes tratos únicos y las reconfiguraciones corporativas que inflaron la IED en 2016, la caída de 2017 siguió siendo significativa.

El valor de la inversión nueva (greenfield) anunciada, un indicador de las tendencias futuras, también disminuyó 14%, a 720,000 millones de dólares.

Los flujos de IED disminuyeron en las economías desarrolladas y en las economías en transición, mientras que los de las economías en desarrollo se mantuvieron estables.

Como resultado, las economías en desarrollo representaron una proporción cada vez mayor de las entradas de IED a nivel mundial en 2017, absorbiendo 47% del total, en comparación con 36% en 2016.

Los flujos a las economías desarrolladas cayeron en más de un tercio, a 712,000 millones de dólares. La caída puede explicarse en gran parte por una disminución de las altas entradas en el año anterior causadas por fusiones y adquisiciones transfronterizas y reconfiguraciones corporativas.

Una reducción significativa en el valor de tales transacciones resultó en una disminución de 40% en los flujos en Estados Unidos, a 275,000 millones de dólares, y 92% en Reino Unido, a 15,000 millones de dólares.

Las ganancias reinvertidas aumentaron en 26%, impulsadas por las empresas multinacionales de Estados Unidos en previsión de una desgravación fiscal sobre la repatriación de fondos.

Los flujos de IED hacia las economías en desarrollo se mantuvieron cerca de su nivel de 2016, en 671,000 millones de dólares, sin signos de recuperación después del descenso del 10% en 2016.

Los flujos de IED hacia África continuaron cayendo, los flujos a Asia en desarrollo se mantuvieron estables, mientras que los dirigidos a América Latina y el Caribe aumentaron moderadamente.