Los riesgos en el sistema financiero de China siguen siendo elevados a pesar de la fuerte recuperación de su economía de la pandemia de Covid-19 y el uso modesto y específico del estímulo monetario, concluye un análisis publicado por el Banco de la Reserva de Australia (RBA, por su sigla en inglés).
Estos riesgos seguirán configurando su gestión económica en los próximos años, con implicaciones para el crecimiento y, a su vez, las condiciones financieras de la economía mundial.
Nicole Adams, David Jacobs, Stephen Kenny, Serena Russell y Maxwell Sutton realizaron la investigación.
Si bien China se ha integrado en gran medida con el sistema de comercio mundial, su integración con los mercados de capital mundiales aún se encuentra en una etapa formativa.
Pero ellos acotan que no está claro hasta qué punto y con qué rapidez China se abrirá aún más a los flujos internacionales de capital.
“La historia de otras economías sugiere que es conveniente proceder con cautela”, añadieron los autores.
No obstante, el gran tamaño de China significa que cualquier progreso la hará mucho más importante para el sistema financiero mundial.
Si bien la escala y la naturaleza de este cambio es difícil de predecir, su importancia se puede ilustrar observando lo que sucedería si el stock de posiciones de cartera de China (inversiones tanto internas como externas) alcanzara 70% del PIB, la mitad que el de Estados Unidos o Australia, pero similar a Corea del Sur.
En ese caso, China representaría alrededor de 8% de la inversión de cartera mundial, el tercero detrás de la zona del euro y Estados Unidos (y en comparación con el 1% actual).
Sistema financiero
De manera más general, argumentaron los analistas, una mayor apertura significaría mayores tenencias de activos extranjeros por parte de residentes chinos y mayores tenencias de activos chinos por parte del resto del mundo.
“Ese gran reequilibrio podría afectar los precios de los activos y las condiciones financieras de manera diferente entre regiones y mercados. Si se trata de un proceso gradual, puede resultar relativamente manejable”, afirman.
Al final, ellos exponen, el renminbi podría convertirse en una moneda internacional más utilizada, especialmente en Asia.
Con el tiempo, es probable que las condiciones financieras en Australia se vean cada vez más influenciadas por las noticias en Shanghai y Shenzhen, junto con Nueva York y Londres.