Las medidas tomadas por Estados Unidos en materia de comercio internacional de acero y aluminio abonan a la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en la medida que reducen su impacto en las cadenas de valor en industrias como la automotriz.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso el 8 de marzo de 2018 aranceles de 25% a las importaciones de acero y de 10% a las de aluminio, argumentando preocupaciones de seguridad nacional; pero dejó abierta la opción de excepciones para ciertos aliados de su país, entre ellos México y Canadá.

El presidente Trump decidió este jueves excluir a la Unión Europea, Australia, Argentina, Brasil y Corea del Sur del aumento de aranceles a la importación de acero y aluminio que entrará en vigor este viernes.

Con ello, las medidas se enfocarán sobre todo a China, lo que incluso podría incrementar los flujos de comercio en América del Norte, mientras Estados Unidos aplique los aranceles a las importaciones originarias de China.

En las negociaciones del TLCAN, otro punto pendiente relacionado es la demanda del gobierno estadounidense de rastrear todas las partes y materiales considerados en las reglas de origen del sector automotriz, incluido el acero, el aluminio y los textiles.

Los esfuerzos de China por expandir su influencia económica a nivel mundial son un área de preocupación para los políticos de Estados Unidos, incluida su iniciativa Belt and Road, para financiar y ayudar a construir proyectos de infraestructura en Asia, África, Europa y otros lugares.

De acuerdo con una investigación del Congreso estadounidense, muchos analistas sostienen que China podría usar la iniciativa para impulsar sus industrias que enfrentan exceso de capacidad (como el acero), ganar nuevos mercados en el extranjero, influenciar a otros países para adoptar el modelo económico de China y expandir el “poder blando” de China en los numerosos países que pueden operar la iniciativa.

La creciente influencia económica global de China y las políticas económicas y comerciales que lleva a cabo, tienen implicaciones significativas para Estados Unidos.

Si bien China es un mercado grande y en crecimiento para las empresas estadounidenses, su transición incompleta a una economía de mercado libre ha dado lugar a políticas económicas consideradas dañinas para los intereses económicos de Estados Unidos, como las políticas industriales y el robo de propiedad intelectual estadounidense.

China se ha convertido en un importante productor mundial de acero. De 2001 a 2016, la producción china de acero bruto aumentó de 152 millones de toneladas métricas a 805 millones de toneladas métricas, un aumento del 459.9%. Durante este período, la participación de China en la producción mundial aumentó del 17.9 a 50.3% y China representó 87.1% del aumento en la producción mundial de acero.

Este jueves, el Secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, sostuvo una reunión con el Representante Comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, para analizar la renegociación del TLCAN.