El mercado del vino en Brasil crecerá a una tasa de 7% anual en los próximos siete años, de acuerdo con proyecciones destacadas por ICEX, el organismo promotor de las inversiones y el comercio de España.
Brasil es el quinto país más grande del mundo en términos de territorio y tiene la sexta población más grande del mundo. Al 31 de diciembre de 2020, el país tenía una población estimada de 211.7 millones de personas, según cifras del IBGE.
El mercado del vino en Brasil tiene un consumo total estimado en torno a los 430 millones de litros anuales.
Así que según las proyecciones referidas por ICEX, se espera alcanzar los 645 millones de litros consumidos en 2025.
Brasil es el mayor mercado de vino en Iberoamérica y, por ello, es cada vez en mayor medida un mercado objetivo para bodegas del mundo.
Si bien su población hace pensar en un mercado inmenso y repleto de oportunidades para los exportadores, el mercado real de vino está formado por apenas 30 millones de consumidores regulares, que cuentan con un poder adquisitivo que se lo permite y ubicados en su mayoría en las regiones sudeste y sur del país.
Mercado del vino
Pese a su elevado volumen de importaciones, no hay que olvidar que Brasil es también un país productor de vino.
Tanto es así que, sobre el total de vino consumido en el país, aproximadamente 69% es de producción nacional, siendo sólo 31% vino de importación, de acuerdo con ICEX.
Sin embargo, estos números esconden un importante matiz, y es que en torno a 85% de la producción brasileña de vino se elabora con uvas que no son de la variedad vitis vinífera.
Estos vinos son denominados por la legislación brasileña como vinos de mesa, o vinos de una calidad inferior a los denominados vinos finos, los cuales sí se elaboran con la variedad vitis vinífera y compiten contra la totalidad de vinos españoles e importados.
En cuanto a las importaciones globales de vino en Brasil, se trata de un mercado de algo más de 350 millones de euros, para un volumen que supera los 146 millones de litros.
La serie histórica de evolución de estas importaciones permite concluir que se trata de un mercado emergente, con una tendencia de crecimiento.
Los niveles de importación en valor, pese a la crisis sanitaria, han crecido en 2020, si bien a un ritmo menor que el volumen total importado (que se incrementó en casi el doble).
Es decir, en los últimos años se ha visto cómo en Brasil se importaba más vino, pero a un precio algo menor, buscando los importadores claramente un vino competitivo en precio.