México abastece de azúcar cruda a la refinería más grande del mundo ubicada en Florida, Estados Unidos, destacó la Asociación de Usuarios de Edulcorantes (SUA, por su sigla en inglés).
Aunque el lobby del azúcar estadounidense ve el azúcar mexicano como una amenaza, el hecho es que este azúcar es necesario porque los Estados Unidos no producen suficiente de este edulcorante para satisfacer las necesidades domésticas, y nunca lo ha hecho.
“Tenemos varios siglos de historia como importador neto de azúcar. Por otra parte, al menos en algunos casos, los productores estadounidenses se benefician directamente de la capacidad de obtener azúcar sin refinar de México, ya que la refinería de caña más grande de los Estados Unidos (y del mundo) es propiedad de los productores de azúcar de la Florida y necesita azúcar crudo importado”, dijo.
Los miembros de SUA son compañías de alimentos y bebidas que usan azúcar, jarabe de maíz de alta fructosa (HFCS) y otros edulcorantes en la fabricación de sus productos.
Con la reciente renovación de los acuerdos de suspensión, México aceptó reducir de 53 a 30% la proporción de azúcar refinada del total de sus exportaciones de ese producto a Estados Unidos.
También accedió a disminuir la calidad de las exportaciones de azúcar de México de 99.5 a 99.2% de polaridad o grado de pureza de refinación.
El acuerdo aumenta el precio al cual el azúcar en bruto debe ser vendido en la planta respectiva en México de 22.25 a 23 centavos por libra. Para el azúcar refinado, el precio en el molino debe aumentar de 26 a 28 centavos por libra.
México aceptó todas estas modificaciones a condición de que se le otorgue el derecho de preferencia para suministrar el 100% de cualquier “necesidad adicional” para el azúcar identificado por el Departamento de Agricultura después del 1 de abril de cada año.
La SUA dijo que hasta hace poco, el comercio con México en el marco del Programa de Reexportación de Azúcar Refinado implicaba la exportación de cantidades significativas de azúcar producido en los Estados Unidos a México, ya que el programa correspondiente de ese país requería producción en un país del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El comercio de reexportaciones dio lugar a un mayor rendimiento y, por lo tanto, a una mejor eficiencia operativa de las refinerías de azúcar de caña de los Estados Unidos, así como a las oportunidades de venta de fábricas de caña de azúcar y fábricas de azúcar de remolacha de los Estados Unidos.
“Desafortunadamente, México terminó esencialmente este comercio durante la disputa con los Estados Unidos sobre las importaciones de azúcar, por lo que es poco probable que sea una fuente significativa de exportaciones a menos que pueda restablecerse en las próximas negociaciones”, agregó.