Las importaciones de México de gas natural sumaron 1,561 millones de dólares en el primer semestre de 2016, con una participación de 86% de esa proveeduría por parte de Estados Unidos.
La porción de Estados Unidos subió 8.8 puntos porcentuales frente al mismo periodo de 2015 y redujo la proporción otros proveedores como Perú, Nigeria, Trinidad y Tobago, Indonesia y Australia.
México tiene un estimado de 17 billones de pies cúbicos (Tcf) de reservas probadas de gas natural, un energético que sustituye cada vez más al petróleo como materia prima en la producción de energía.
Sin embargo, debido a que México es un importador neto de gas natural, más altos niveles de consumo probablemente dependerán de importaciones desde Estados Unidos por ductos o de gas natural licuado (GNL) de otros países.
Las compras provenientes de Estados Unidos se realizan en su gran mayoría (96.5%) en estado gaseoso, mientras que todos los demás proveedores suministran el energético en forma líquida.
El Departamento de Comercio de Estados Unidos destacó que los bajos precios del crudo obstaculizan el ritmo de desarrollo en el sector de petróleo y gas en México; pero agregó que la reforma constitucional ahora permite a las empresas extranjeras y privadas entrar en el mercado y es probable que esto haga a esta industria altamente competitiva.
México tiene un estimado de 545 billones de pies cúbicos de los recursos de gas de esquisto técnicamente recuperables, la sexta reserva más grande del mundo.
El verdadero potencial de acceso y desarrollo de gas de esquisto en México se ve obstaculizada por la disponibilidad de los recursos tecnológicos requerida y el agua necesaria, y por las políticas del gobierno actualmente enfocadas a aumentar el suministro de gas natural barato desde Estados Unidos.
En la primera mitad de 2016, las importaciones mexicanas de gas natural presentaron una caída en valor de 14.4 por ciento.