México tuvo un aumento interanual de 76.3% en sus importaciones de carne de aves desde Brasil en 2022, a 398 millones de dólares, de acuerdo con datos del Ministerio de Economía de Brasil.
En diciembre de 2017, México renovó su cuota de importación de carne de ave de 300,000 toneladas hasta finales de 2019.
Entre México y Brasil no se han producido negociaciones posteriores desde su expiración.
Como resultado, durante 2020, Brasil exportó solo 9 millones de dólares de carne de ave al mercado mexicano en 2019.
En septiembre de 2021, el gobierno mexicano anunció una cuota adicional de 30,000 toneladas de exportaciones de pollo de Brasil.
Por ello, la empresa brasileña BRF considera que la incertidumbre sobre el tamaño y el calendario de las cuotas de exportación tiende a obstaculizar su capacidad para planificar adecuadamente las exportaciones a México y puede afectar negativamente a su negocio.
Importaciones de aves
Entre los mayores importadores de carne de ave originaria de Brasil, México ocupó el sexto lugar en 2022.
Por encima de México se ubicaron: China (1,343 millones de dólares), Emiratos Árabes Unidos (950 millones), Japón (945 millones), Arabia Saudita (847 millones) y Corea del Sur (407 millones).
En los últimos años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se han registrado algunos casos humanos de gripe aviar y muertes relacionadas, causados por el virus H1N1.
A principios de 2017, Chile, país vecino de Brasil, confirmó la aparición de gripe aviar.
Luego, en 2019 y 2020, varios países de Europa, Asia y África han notificado casos de gripe aviar altamente patógena en aves.
Además, México notificó casos en 2019, Estados Unidos notificó casos en 2020 y Japón, China y otros países de Europa notificaron casos en 2021.
BRF dijo que existe la preocupación de que pueda producirse un brote de gripe aviar en el país en el futuro.
Cualquier brote de gripe aviar en Brasil podría conducir a la necesidad de sacrificar y eliminar las aves de corral de BRF, lo que resultaría en una disminución de las ventas en la industria avícola, impediría la recuperación de los costes incurridos en la cría de aves de corral y traería gastos adicionales para la eliminación de las aves de corral.
