México captó 1,443 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED) en la generación, transmisión y distribución de energía eléctrica de enero a septiembre de 2019, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía.
Comparativamente, en todo 2017 las entradas de IED en esta rama productiva sumaron 2,103 millones de dólares y en todo 2018 ascendieron a 4,974 millones de dólares.
La administración del presidente Andrés Manuel López Obrador está considerando la infraestructura requerida para apoyar el crecimiento de la población en México. Se estima que la población crecerá un 0.8% anual durante los próximos 15 años. Ello impulsará un aumento en los usuarios de electricidad de 44.1 millones en 2019 a aproximadamente 55.1 millones en 2033.
En 2018, la producción total de energía representó 317,278 GWh.
Energía eléctrica y reformas
La Ley de la Industria Eléctrica (LIE) de 2014, que derogó la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica de 1975, regula el sector eléctrico en México.
En general, la Ley introdujo cambios fundamentales en el sector, terminando con el monopolio de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en la generación de energía eléctrica; y permitiendo la inversión del sector privado.
Después de la reforma energética, el Estado solo conserva las actividades “estratégicas” de transmisión y distribución que lleva a cabo la CFE.
Asimismo, otra actividad “estratégica” es el aprovechamiento de los minerales radiactivos para la generación de energía nuclear, por lo tanto el Estado puede generar energía eléctrica en centrales nucleares.
Sin embargo, el sector privado puede participar en las actividades estratégicas del sector por medio de contratos firmados con el Estado, pero no por medio de concesiones. En la comercialización (suministro) de electricidad pueden participar empresas públicas y privadas.
Para producir y comercializar electricidad en México, se requiere un permiso de la CRE que se emite por un plazo máximo de 30 años. Se exceptúa de este requisito a las pequeñas centrales eléctricas, siempre y cuando no vendan directamente su producción a los usuarios calificados (grandes compradores).