México es el mayor cliente de la industria siderúrgica de Estados Unidos, quien ha obtenido amplios beneficios de esa relación comercial sectorial, destacó la Cámara Nacional de las Industrias del Hierro y el Acero (Canacero).
En un documento entregado a la Representación Comercial de la Casa Blanca (USTR, por su sigla en inglés), la Canacero argumentó que Estados Unidos ha disfrutado de un superávit comercial superior a 1 millón de toneladas de productos de acero acabados en cada año desde 2012.
Estados Unidos anunció el 8 de marzo que fijaría aranceles globales de 25% a las importaciones de acero y de 10% a las de aluminio, argumentando preocupaciones de seguridad nacional, y otorgó a 34 países exenciones, las cuales mantuvo a cambio de límites a través de cupos para los casos de Brasil, Argentina, Corea del Sur y Australia, mientras las extendió sólo hasta el 1 de junio para México, Canadá y las 28 naciones de la Unión Europea. Inicialmente, estas tarifas entraron en vigor el 23 de marzo.
Estados Unidos ha reconocido que las represalias impuestas (presentes y futuras) por los países afectados tendrán un impacto económico negativo inmediato en las industrias estadounidenses sujetas a aranceles de represalia.
Dependiendo del grado de represalia, también podría desencadenar un proceso de ojo por ojo y aumentar el proteccionismo global, lo que llevaría a una reducción en los volúmenes de comercio mundial y una reasignación de recursos costosa e ineficiente.
Las exportaciones de Estados Unidos representan la mayor fuente de productos de acero acabados importados por México, abarcando más de 30% de las importaciones totales.
“Este resultado se debe, en parte, a los esfuerzos de integración y al enfoque de política común de proteger atentamente el mercado mexicano del comercio injusto”, añadió.
La Canacero agrupa a los productores, transformadores y distribuidores de acero instalados en México y entre sus afiliados están ArcelorMittal, AHMSA, Autlán, Posco, Deacero, Gerdau Corsa, Tenaris y Ternium México.
Ante la decisión del gobierno de Estados Unidos de imponer bajo la Sección 232 aranceles del 25% a las importaciones de acero provenientes de México, la Canacero expresó “su rechazo, preocupación y decepción”.
Además del superávit comercial en productos terminados, expuso que Estados Unidos disfruta de un “excedente grande y constante” con México en el comercio de materias primas para la fabricación de acero, incluido el mineral de hierro y el carbón.
El excedente ha estado sistemáticamente en el rango de 5 a 6 millones de toneladas para las materias primas más importantes (mineral de hierro, carbón, coque, chatarra y acero reutilizable).
“En pocas palabras, México es el mayor cliente de la industria siderúrgica de los Estados Unidos. Por supuesto, los productos de acero que fluyen al norte y al sur de las fronteras nacionales están en diferentes formas y están sujetos a un grado significativo de procesamiento en diferentes lugares.
“Sin embargo, los flujos comerciales que surgieron a raíz del TLCAN no fueron estipulados por el tratado ni planeados por ningún comité. Más bien, los flujos comerciales son el resultado del mercado, ya que los productores en los tres países organizan sus procesos productivos de manera eficiente y de la manera que mejor se adapte a las demandas de sus clientes”, dijo la Canacero.
En cifras generales, añadió, los aranceles establecidos por Estados Unidos representan para el sector siderúrgico de México un impacto de 2,000 millones de dólares anuales.
En materia de siderurgia, el superávit de Estados Unidos con México en los últimos dos años es de 3.6 billones de dólares, lo cual muestra que las medidas espejo afectarán más que beneficiar a la industria de Estados Unidos. En esta materia se trata de una región totalmente integrada, donde el 76% de las exportaciones del acero de Estados Unidos se envía a México y Canadá.