México no ha aplicado represalias contra Estados Unidos en el caso del atún, aun cuando ya puede hacerlo tras ser autorizado por la Organización Mundial de Comercio (OMC), en una coyuntura en la que están por iniciarse las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Una fuente al tanto de esta controversia informó que la Secretaría de Economía no ha decidido publicar la lista de los productos estadounidenses a los que les subirá aranceles, a pesar de que lleva meses realizando este análisis.
Desde que a finales de abril México fue autorizado a imponer represalias contra su vecino del norte, la Secretaría de Economía destacó que daría a conocer la lista de los productos afectados “a la brevedad posible”.
Arnulfo Gómez, investigador de la Universidad Anáhuac, opinó que si México no aplica las sanciones se verá “temeroso” y destacó que cuando medidas de retorsión similares fueron establecidas en el caso para abrir el transporte internacional de carga por carretera, Estados Unidos aceptó poner sus medidas de conformidad con la OMC.
El Órgano de Solución de Diferencias (OSD) de la OMC emitió su decisión final el 25 de abril, en que determinó el nivel de anulación o menoscabo causado a México, fijando el monto de las represalias contra Estados Unidos en 163.13 millones de dólares anuales por haber restringido con el etiquetado dolphin-safe (delfines seguros) las importaciones de atún mexicano.
Alejandro Gómez Strozzi, socio de Gardere, dijo que las represalias son, en términos generales, una medida efectiva para dejar en claro que los países están dispuestos a actuar cuando se presenta una violación a las normas de la OMC.
El sello dolphin-safe se le ha negado a México aun cuando ha demostrado que protege a los delfines, mientras que Estados Unidos importa atunes de otros países sin que se les exija reglas equitativas para verificar maniobras de protección.
Estados Unidos perdió así la última instancia jurídica de este caso, que forma parte de un conflicto durante el cual se ha obstaculizado de distintas formas la entrada del atún mexicano al mercado estadounidense desde 1980, primero por medio de embargos y luego con barreras no arancelarias.
Ninguna de las grandes cadenas minoristas en Estados Unidos coloca latas de atún mexicano en sus anaqueles, argumentando que no porta el sello dolphin-safe.
Según la Comisión Interamericana del Atún Tropical, las muertes de delfines por la flota mexicana han llegado prácticamente a cero, puesto que por cada lance de red hay una media de mortandad de 0.10 delfines (cuyas especies no están en peligro de extinción).
Ya Estados Unidos ha hecho algunos cambios en sus normas de etiquetado de atún, pero México ha argumentado que aun así la restricción permanece. Otro panel de la OMC resolverá sobre estos últimos cambios.