La producción de los aviones Global Express y Learjet de Bombardier representan ejemplos de la integración de las cadenas de valor en Norteamérica, coincidieron especialistas.

En México, se produce la cola completa del avión Global Express, el avión ejecutivo más grande del mundo, que puede volar de Nueva York a Singapur directo, sin parar. La cola se fabrica en Querétaro y se manda por carretera hasta Toronto para ser integrado al fuselaje.

“Esto es impresionante y simbólico, ¿quién hubiera imaginado que algo así iba a suceder?, que en México iban a estar haciendo la cola. ¡Tú te imaginas: si hay el más pequeño error en la cola, sería una cosa que causaría tragedias!”, comentó Herminio Blanco, miembro del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi).

El Learjet 85 es otro ejemplo: la investigación y el desarrollo se llevan a cabo en Montreal; la manufactura del motor se produce en Toronto, y la producción del fuselaje, alas y arneses eléctricos se lleva a cabo a 2,800 kilómetros al sur de Montreal, en Querétaro.

Posteriormente, estas grandes estructuras del Learjet 85 son transportadas por la carretera 57 de México y la Interestatal 35 de Estados Unidos hasta la planta de Wichita, Kansas, donde se hace el ensamblaje final.

“Ese tipo de integración que se logró con Canadá, no se hubiera dado de otra manera. Las integraciones en aeronáutica y automotriz muestran cómo cambio nuestra relación con Canadá”, agregó Blanco.

Actualmente, Bombardier está consolidado como el cuarto mayor fabricante aeronáutico del mundo, y su unidad de negocio Bombardier Aerospace representa más de la mitad de los ingresos del grupo.

La industria aeroespacial establecida en México exportó productos por 7,000 millones de dólares en el 2015. Para el 2020, esta cifra escalaría a 12,000 millones de dólares, estimó la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (Femia). En el país operan más de 300 empresas aeronáuticas, casi cinco veces más que hace 10 años.

En México, las firmas Bombardier, Grupo Safran, General Electric, Honeywell y Eurocopter operan centros de diseño o ingeniería, laboratorios o líneas de producción, con operaciones que incluyen el desarrollo de nuevas generaciones de motores, componentes y fuselajes.

“Cuando un helicóptero Bell es entregado en Montreal tiene 60% de componentes hechos en México. Eso no se sabe. Chihuahua y Montreal están integrados en este tema”, dijo Mario Chacón, jefe de la Unidad de Promoción de Inversiones y Negocios Internacionales de ProMéxico.

México exportó aeropartes a Estados Unidos por 2,413 millones de dólares en el 2015, con lo cual se ubicó como el séptimo proveedor de su vecino del norte, de acuerdo con datos del Departamento de Comercio de Estados Unidos.

Con ello, México participó con 3.9% del total de importaciones estadounidenses del sector aeroespacial en el año pasado, las cuales fueron por 61,572 millones de dólares.

Francia se ubicó como el primer abastecedor del mercado estadounidense, con una participación de 20.2%, y tras él quedaron Canadá (18.1%), Japón (12.8%), Alemania (11.7%) y Reino Unido (7.8 por ciento).

En el 2014, México ocupó la sexta posición, de la cual fue desplazado por Brasil al año siguiente, con una participación de mercado de 5 por ciento.