México exportó automóviles al mundo por un valor de 41,689 millones de dólares en 2017, lo que implicó un aumento de 32.7% interanual y un máximo histórico, informó la Secretaría de Economía.
En forma desglosada, las ventas de estos vehículos para el transporte de personas aumentaron 27% a Estados Unidos y 48.3% al resto del mundo.
Con ello, México diversificó sus mercados, de forma tal que redujo de 73.2 a 70.1% su participación a Estados Unidos como destino de sus exportaciones.
Mientras las exportaciones mexicanas escalan, se lleva a cabo la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en la que Estados Unidos ha pedido aumentar las reglas de origen del sector automotriz y ha reiterado su intención de reducir su déficit comercial en general.
La diversificación de los mercados de exportación de México en el año pasado fue impulsada sobre todo por Alemania, con ventas por 4,340 millones de dólares y un alza interanual de 142%, e Italia, con 407 millones de dólares y un aumento de 536 por ciento.
Otros aumentos interanuales destacados estuvieron en los embarques a Australia (908%), Bélgica (226.3%), Japón (133.9%), Argentina (23.2%), China (33.8%) y Colombia (6.6 por ciento).
En dos de los mayores mercados de exportación hubo reducciones interanuales en este indicador: Canadá, con 1,886 millones de dólares (-10.7%) y Brasil, con 661 millones de dólares (-6.6 por ciento).
La industria automotriz es una de las que más provecho ha sacado del TLCAN en México, considerando que 93% de sus exportaciones a Estados Unidos se benefician de las preferencias pactadas en ese acuerdo comercial.
Actualmente hay 11 fabricantes en México, incluidos General Motors, FCA (Fiat Chrysler), Ford, Nissan, Honda, Toyota, VW, Mazda, Kia y Audi. Esta base de fabricación produce 42 marcas y 500 modelos en 23 plantas y tiene una red de 1,800 concesionarios.
El éxito mexicano tiene una base regional. Estados Unidos, México y Canadá producen y ensamblan piezas de automóviles, enviándolas de ida y vuelta mientras trabajan juntos para construir autos y camiones, de forma que las partes de los vehículos producidos en Norteamérica cruzan la frontera de Estados Unidos alrededor de ocho veces a lo largo de todo el proceso productivo.
De acuerdo con la Asociación de Fabricantes de Motores y Equipos (MEMA, por su sigla en inglés) de Estados Unidos, la industria de vehículos de motor es global y su crecimiento se debe a las demandas internacionales y al modelo comercial de fabricación en los lugares donde se encuentran los clientes.
En ese contexto, el TLCAN permitió la deslocalización (nearshoring) de una cadena de suministro interconectada entre Estados Unidos, Canadá y México, lo que brindó una oportunidad para que los fabricantes estadounidenses pudieran competir con el resto del mundo. Nearshoring es el término que se refiere a la práctica de acercar los centros de producción a los mercados de consumo.
La producción automotriz mexicana en general depende de una amplia gama de artículos de mayor valor agregado, desde metal de precisión y piezas de plástico, hasta componentes eléctricos. Si bien los proveedores se abastecen en todo el mundo, los componentes de origen de Estados Unidos representan generalmente la mayoría del total de los que se utilizan para armar automóviles y vehículos en México.