México tiene el mayor consumo de refrescos (bebidas carbonatadas) per cápita a nivel mundial, con cerca de 156 litros anuales, de acuerdo con información de Canadean.
Ese consumo de refrescos bajó, dado que en los tres años inmediatos anteriores la cifra fue de 161 litros anuales.
En 2019, el segmento de refrescos alcanzó un total de ventas aproximado de 15,540 millones de dólares con un volumen de ventas de 20,120 millones de litros, según Canadean.
Durante el mismo año, el segmento de bebidas no carbonatadas alcanzó un total de ventas aproximado de 8,260 millones de dólares con un volumen de ventas de 12,270 millones de litros.
Tanto los defensores de la salud, como la política y las campañas del Gobierno Federal para contrarrestar la obesidad, el sobrepeso y otros problemas de salud pública multifactoriales han estado alentando durante los últimos años a las personas a reducir el consumo de ciertos tipos de bebidas, incluyendo bebidas carbonatadas y no carbonatadas, endulzadas con azúcar y/o con jarabe de maíz de alta fructuosa.
Al respecto, cabe mencionar que incluso la Organización de la Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) ha informado que México es el país con mayor obesidad en el mundo, superando a los Estados Unidos, ya que uno de cada tres mexicanos sufre de sobrepeso a causa de mala alimentación, generando con ello el incremento de enfermedades cardiovasculares y diabetes, entre otras.
Consumo de refrescos
El combate al sobrepeso y la obesidad, hacen parte de una Política de Estado del Gobierno Federal.
En este orden de ideas, desde la perspectiva de Organización Cultiba, esta política no sólo incluye la creación de nuevos impuestos, sino la alta probabilidad de que se expidan leyes, decretos, reglamentos y normas que pretenden restringir la publicidad y venta en relación a los productos calóricos u operaciones de las empresas de bebidas o de azúcar.
Esto puede incluir pero no estar limitado a, cambios en el etiquetado para alimentos y bebidas, mayores restricciones en horarios, lugares y audiencias en materia de publicidad y mayores prohibiciones de venta en escuelas y otros sitios.