México obtuvo un cupo de 20,000 toneladas de carne de bovino en el Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea (TLCUEM) actualizado.
En virtud del «Acuerdo en principio», México obtuvo una liberalización parcial de su carne de bovino mediante contingentes arancelarios, incluidas 10,000 toneladas de carne de vacuno y 10,000 toneladas de despojos de carne (ambos con un arancel de 7.5%, escalonados en cinco años).
El 21 de abril de 2018, México y la Unión Europea (UE) anunciaron un acuerdo de principio en la renegociación de su tratado de libre comercio.
Actualmente, 97.1% de los productos en el comercio bilateral no pagan aranceles, incluidos 99.8% de los bienes industriales y 73.6% de los bienes agropecuarios.
El nuevo acuerdo agrega la desgravación productos agrícolas “sensibles”, más apertura en servicios, inversiones y compras gubernamentales, e incluye disposiciones sobre normas laborales y medioambientales y la lucha contra la corrupción.
Con el nuevo TLCUEM, para 98% de los bienes no habrá derechos desde el momento en que el acuerdo entre en vigencia. Para los demás artículos, los aranceles se eliminarán a lo largo del tiempo o por un monto limitado definido como cuota. Esto incluye las exportaciones de lácteos y carne de la Unión Europea y México.
El acuerdo amplía en gran medida el acceso al mercado para los productos agrícolas. En general, el gobierno y la prensa mexicanos ven el acuerdo favorablemente, señalando un mayor acceso al mercado agrícola, pero ciertos sectores, como la industria ganadera, han expresado su preocupación con respecto a la competencia.
Otros cambios en el TLCUEM
Fuera de la liberalización del comercio, el acuerdo en principio incluye aspectos específicos sobre cuestiones sanitarias y fitosanitarias, incluido el establecimiento de plazos para las evaluaciones de riesgos (dentro de un año).
De acuerdo con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, el acuerdo contiene un acuerdo previsto para que México «precalifique» los establecimientos cárnicos de la Unión Europea sobre la base de una aprobación de sistemas (similar al sistema utilizado por Estados Unidos y México).
La Unión Europea y México también acordaron la regionalización para los brotes de plagas o enfermedades.
Por separado, se desarrolló un capítulo sobre bienestar animal y resistencia a los antimicrobianos.
