México presentó una tercera contrapropuesta a Estados Unidos en el sentido de establecer tribunales permanentes que diriman casos de inversionista-Estado como parte de la renegociación de Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Para dirimir estos casos en el TLCAN actual, los tribunales de arbitraje internacional se componen de tres abogados-árbitros de una lista pre-establecida: uno elegido por el inversor demandante, uno por el país acusado y uno más por decisión mutua entre las dos partes.
Cuando se intentó negociar un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europea, el tema de mayor debate fue el de los paneles arbitrales para protección de inversión, y ahí se complicó de tal manera que el bloque comunitario lanzó un nuevo modelo al proponer tribunales permanentes.
Las negociaciones de este acuerdo, llamado Asociación Transatlántica para el Comercio y la Inversión (ATCI), han quedado suspendidas durante el gobierno del presidente Donald Trump; pero el mecanismo de tribunales permanentes quedó incluido en el tratado de libre comercio entre Canadá y la Unión Europea, que comenzó a aplicar provisionalmente en septiembre pasado.
“Estamos considerando alternativas poniendo en la mesa el modelo europeo para ver si funciona en América del Norte”, dijo Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, en una conferencia de prensa que ofreció en Washington, DC, un día después de reunirse con Robert Lighthizer, representante comercial de la Casa Blanca.
En esta nueva negociación, los negociadores estadounidenses han defendido el principio de que nada debe estar por encima de las leyes de su país, y eso es lo que permea su posición en los Capítulos 11, 19 y 20 del TLCAN, en los que se abordan los mecanismos de solución de controversias entre Inversionista-Estado, en materia de cuotas antidumping y compensatorias, y Estado-Estado.
La posición de Estados Unidos es que se quieren separar de este tipo de paneles y ofrecen la posibilidad de elegir por el modelo tradicional (del TLCAN vigente) y o por un mecanismo propio de cada nación.
“El único problema es que si nosotros vamos a hacer un opt in (optar por un mecanismo alternativo), lo debemos hacer como nos dé la gana; es decir, poderlo desarrollar de una manera contundente, de acuerdo a como lo quieran los mexicanos. El problema es que hay una aspiración de que nos quieren ayudar a escribir y eso es lo que no es aceptable”, comentó Guajardo.
México ha presentado otras dos contrapropuestas a Estados Unidos, una sobre la revisión periódica de los impactos del TLCAN y otra sobre compras gubernamentales.
También espera presentar una cuarta contrapropuesta sobre reglas de origen automotrices, una vez que entienda los detalles de la petición de la Casa Blanca de que los automóviles importados por Estados Unidos desde México y Canadá tengan 50% de contenido estadounidense y 85% de contenido de los tres países.