Estados Unidos debe ir ya al meollo de la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), sin crear distractores, como lo ha hecho, porque se dispone de poco margen para concluir el proceso dados los tiempos políticos, advirtió Ildefonso Guajardo, secretario de Economía.
El funcionario arguyó que no son razonables las propuestas que el gobierno del presidente Donald Trump ha puesto sobre la mesa de negociación o fijadas por funcionarios estadounidenses en cuanto a las ventanas de estacionalidad para productos agrícolas, las reglas de origen medidas por país y las regulaciones para empresas del Estado.
“Un poco lo que se está viendo es una estrategia de ir poniendo fichas a cada uno de los temas, independientemente si es tu objetivo o no. En negociaciones, tradicionalmente construyes esquemas que permitan acomodar soluciones al final y vas construyendo posiciones”, comentó Guajardo, en una entrevista en la Ciudad de México.
“Ésta es una negociación muy atípica. Primero tiene un horizonte de tiempo que favorablemente es visto en términos de las elecciones y de la incertidumbre, que de alguna manera te está llevando a una velocidad que muy pronto está llegando al hueso. El tiempo para estar haciendo fuegos artificiales y distracciones es muy limitado, tienes que ir al centro de las cosas”, agregó.
Guajardo reveló que Estados Unidos puso en la tercera ronda de negociaciones una propuesta que busca “delimitar y condicionar” no sólo a las empresas productivas del Estado, sino que también fijó implicaciones para los socios privados de éstas, lo que genera incertidumbre en las inversiones.
Cuestionó que tanto el establecimiento de una lista de productos para los cuales se pueden hacer más expeditas las investigaciones por dumping y subsidios, como el establecimiento de reglas de origen por país, violan las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
El gobierno de Trump, quien ha reiterado su posición de retirar a su país del TLCAN si no logra una buena negociación, pidió que las reglas de origen se establezcan para cada país y no para la región en su conjunto, lo que fue la mayor sorpresa en la primera ronda de negociaciones que se llevó a cabo en Washington DC a mediados de agosto. Este posicionamiento aún es oral, mas no escrito.
En un análisis publicado en el Instituto Peterson (PIIE, por su sigla en inglés), la investigadora Caroline Freund expuso que las reglas de contenido específicas por país se remontan al Pacto del Automóvil entre Canadá y Estados Unidos de 1965, el cual liberalizó el comercio automotriz regional, siempre que se cumplieran los requisitos de contenido canadiense. El régimen canadiense en virtud del pacto fue posteriormente declarado ilegal con arreglo a las normas de la OMC.
En la otra vertiente, todos los productos agropecuarios comercializados entre México y Estados Unidos están actualmente libres de aranceles, sin la operación de ventanas de estacionalidad, desde 2008, tras un plazo de 15 años de desgravación progresiva.
“El gobierno y los productores mexicanos estamos en la misma línea; es decir, no considerar si quiera la posibilidad de discutirlo, porque va en contra de todos los principios no sólo del TLCAN, sino de las reglas mismas de la OMC”, afirmó Raúl Urtiaga, coordinador general de Asuntos Internacionales y encargado de la negociación del TLCAN de la Secretaría de Agricultura.
La OMC fue establecida en 1995. Tiene su sede en Ginebra, Suiza, y es el único organismo que dirime las controversias del comercio internacional a nivel global. No forma parte del sistema de las Naciones Unidas, y tampoco de los organismos de Bretton Woods como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Guajardo consideró como “alta” la posibilidad de que la renegociación del TLCAN será votada por la nueva Legislatura del Senado de México, que cambia a partir de 1 de septiembre de 2018.