Para México, la retención de las inversiones de capitales productivos externos tiene mayor relevancia incluso que la atracción de nuevas inversiones, de acuerdo con la Secretaría de Economía.
En este sentido, una de sus prioridades es el desarrollo de un mecanismo que fortalezca esta coherencia; pasando por la capacitación de las autoridades a nivel subnacionales sobre los compromisos internacionales existentes en materia de inversión.
La Inversión Extranjera Directa (IED) se desagrega en tres apartados según sus fuentes de financiamiento: nuevas inversiones, reinversión de utilidades y cuentas entre compañías.
- Nuevas inversiones: se refiere a los movimientos de IED asociados a:
- Inversiones iniciales realizadas por personas físicas o morales extranjeras al establecerse en México; dentro de estas inversiones se incluyen aquellas en activo fijo y capital de trabajo para la realización habitual de actos de comercio en México.
- Aportación al capital social de sociedades mexicanas (inicial o aumentos) por parte de los inversionistas extranjeros.
- Transmisión de acciones por parte de inversionistas mexicanos a inversionistas directos.
- Monto inicial de la contraprestación en los fideicomisos que otorguen derechos sobre la IED.
- Reinversión de Utilidades: es la parte de las utilidades que no se distribuye como dividendos y que se considera IED por representar un aumento de los recursos de capital propiedad del inversionista extranjero.
- Cuentas entre compañías: son las transacciones originadas por deudas entre sociedades mexicanas con IED en su capital social y otras empresas relacionadas residentes en el exterior. De acuerdo con el BD4, las empresas relacionadas son aquellas que pertenecen a un mismo grupo corporativo.