México cuenta con oportunidades para desarrollar el sector cinematográfico, por su historia, su talento humano y el tamaño de su taquilla; pero aún se encuentra lejos de su potencial, al exportar sólo unas tres películas año.
La producción cinematográfica mexicana es una de las más destacadas de América Latina, con una producción de alrededor de 130 película anuales, de acuerdo con Mario Chacón, jefe de la Unidad de Promoción de Inversiones y Negocios Internacionales de ProMéxico.
Sin embargo, el negocio cinematográfico mantiene un perfil irregular desde el fin del periodo conocido como Época de Oro del Cine Mexicano, etapa en la que la industria mexicana logró su mayor penetración internacional, predominantemente en América Latina y en España.
Chacón informó que en 1950 México produjo unas 100 películas, de las cuales exportó alrededor de 50. “Creemos que tenemos talento y la capacidad para aumentar la producción”, dijo.
La Época de Oro del Cine Mexicano transcurrió 1936 y 1959, cuando la industria fílmica mexicana alcanzó altos grados de calidad en la producción y éxito económico de sus películas, además de haber obtenido un gran reconocimiento a nivel internacional.
En años recientes, el Departamento de Comercio de Estados Unidos ha promovido alianzas entre empresas de su país y compañías mexicanas de cine y televisión de México, donde prevé un crecimiento constante.
PricewaterhouseCoopers (PwC) proyectó que los ingresos de taquilla en México deben llegar a 1,200 millones de dólares en el 2018, frente a 940 millones registrados en el 2013; mientras que las entradas al cine escalarán hasta 265 millones, desde los 239 millones que hubo en el 2013.
“Hay una excelente oportunidad para los productores estadounidenses que deseen colaborar con los productores de cine y televisión mexicanos, especialmente en contenidos en español”, detalló el Departamento de Comercio.
La industria cinematográfica mexicana ha experimentado un resurgimiento en los últimos años, después de décadas de bajo crecimiento. Las superproducciones estadounidenses todavía dominan los cines de México, pero el crecimiento de producciones locales se está afianzando.
La mexicana Ánima Estudios es el estudio líder en animación en Latinoamérica. Sus filmes se han lanzado en unos 95 países. Ha producido casi 6,000 minutos de animación de calidad y su más cercano seguidor en este indicador, la argentina Patagonik Animación, alcanzó apenas unos 600 minutos y ya dejó de existir.
Esta empresa ha producido las películas Top Cat The Movie, Wicked Flying Monkeys y Kung Fu Magoo, así como las series de televisión El Chavo, El Chapulín Colorado y Teenage Fairytale Dropouts.
La mayor competencia mundial en el desarrollo de servicios de diseño de arte en animación se concentra en San José, Estados Unidos, y en Londres, Inglaterra. A su vez, Canadá domina en anuncios publicitarios (Vancouver), y videojuegos (Montreal), en tanto que Rusia y Europa del Este se especializan en programación.
En México, los principales desarrolladores se encuentran en Guadalajara y la ciudad de México y se especializan en arte.
Según el Imco, la estructura de castigos no ha ayudado a impedir la ilegalidad en la industria. Dado que el castigo típico es muy alto (dos a seis años de prisión por piratería de películas), existen incentivos para que el infractor use medios legales (como el amparo) y extralegales (como la huida) para evitarlo.
Hay abundante evidencia de por qué los castigos draconianos no funcionan. A menos que la acción de la autoridad se centre en mejorar la probabilidad de castigo, la intensidad del mismo es completamente irrelevante para lograr los objetivos de las normas.
Un esquema de castigos lógico balancea la gravedad de las sanciones con el castigo por las mismas y equilibra el peso relativo de las distintas sanciones.