México redujo sustancialmente los aranceles sobre los productos agropecuarios, de 20.9% en 2012 al 14.3% en 2016.
Sin embargo, el arancel promedio sobre los productos agropecuarios sigue siendo considerablemente más elevado que el aplicado a los productos no agropecuarios (del 4.6% en 2016, igual que en 2012).
Los productos agrícolas que se beneficiaban en 2012 de la tasa más alta de protección del 254%, como los productos animales y el tocino, las grasas y aceites animales o vegetales, actualmente están sujetos a un arancel del 20% o del 45 por ciento.
A las importaciones de carne y despojos comestibles de aves se les aplica un arancel del 100% (234% en 2012), mientras que otros productos como el queso fresco y los frijoles blancos y negros, que en 2012 estaban protegidos por aranceles del 125%, actualmente tienen un arancel del 45 por ciento.
A pesar de esta reducción, en promedio los derechos más elevados por categoría OMC se continúan aplicando a los productos agropecuarios, específicamente al azúcar y la confitería, y a los animales y productos de origen animal, con aranceles del 40.9% (63.3% en 2012) y el 24.8% (48.2 % en 2012) respectivamente.
La protección al pescado y los productos de pescado bajó del 16,8% en 2012 al 15.5% en 2016.
Por otra parte, un total de 56 líneas arancelarias correspondientes a productos agropecuarios están sujetas a aranceles específicos y compuestos.
De ellas, 14 líneas están sujetas a aranceles específicos: azúcares, sacarosa químicamente pura y cacao, y 42 líneas están sujetas a aranceles compuestos: diferentes tipos de leche, nata y helados; ciertas frutas (por ejemplo, fresas, frambuesas y otras vayas); melaza y artículos de confitería con y sin cacao; extractos de malta; galletas y otras preparaciones alimenticias; agua edulcoradas y aromatizadas; y alcohol etílico.