El gobierno de México fijó su posición de que no está interesado en reabrir la apertura comercial pactada en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), tal como lo ha propuesto el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
“Para poder sentarte a platicar de cómo modificar y avanzar un acuerdo, tienes que coincidir en cuáles serán los parámetros de este diálogo”, dijo Ildefonso Guajardo, secretario de Economía.
“Si de repente decimos: tenemos que modificar aranceles en tal o cual producto, pues obviamente eso manda una señal de que la caja de Pandora arancelaria se va a abrir, imagina cuántos productores mexicanos tendré en la línea de espera (…) Entonces tendríamos una dinámica que no ayuda a ninguno de los dos países”, agregó.
La salida de Estados Unidos del TLCAN es una atribución del presidente de Estados Unidos, pero un cambio a este tratado requiere primero una negociación entre los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá y luego la ratificación de los congresos de estos países.
“Es ahí donde hay que tener mucho cuidado de que los senadores en ambos países estén de acuerdo en el tipo de modificaciones que vamos a proponer”, dijo Guajardo.
Jaime Zabludovsky, presidente del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), destacó tres posibles escenarios sobre el TLCAN: reabrir la apertura vigente, a lo cual dijo no estar de acuerdo; pactar acuerdos paralelos, y ampliarlo indirectamente a través de Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), un tratado de libre comercio entre 16 países.
Guajardo expuso que la salida de Estados Unidos del TLCAN también tiene un punto relevante y es que la Administración de Comercio Internacional (ITA), un organismo autónomo e independiente, debe elaborar un estudio sobre el impacto de esa medida.
Zabludovsky comentó que Trump requiere ser tomado con la mayor seriedad, sin ser subestimado, y que el gobierno de México debe hacer el mayor número de contactos con el candidato electo y con su equipo.