En el inicio de las consultas sobre los cambios que pudiera tener el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se intensificó el debate sobre si a México le conviene o no mantenerse en el mismo, en el caso de que sean demasiado altas las demandas del presidente estadounidense, Donald Trump.
“Ha llegado el tiempo para admitir que las acciones del nuevo gobierno (de Estados Unidos) han cerrado, cuando menos por el futuro próximo, la posibilidad de lograr cualquier acuerdo a través del diálogo y la negociación que pudiera satisfacer a las dos partes”, escribió el expresidente mexicano Ernesto Zedillo en un artículo en The Washington Post.
“Esta es una situación triste y desafortunada, pero los esfuerzos de acomodar los deseos caprichosos del presidente Trump han probado ser inútiles y no deben continuarse (…) Sería una pérdida de tiempo para el gobierno de México entrar en el juego de modificar el TLCAN con el gobierno de Trump”, agregó el exmandatario.
Zedillo planteó que sólo si el gobierno de Estados Unidos presentara una agenda seria y clara de los puntos relacionados con el TLCAN, consistente con los intereses de los dos países, las autoridades mexicanas pueden moverse a restablecer el diálogo.
“En este momento, ese escenario es el más improbable, y lo prudente sería asumir que el presidente Trump liquidará el TLCAN”, dijo.
En contraste, en un artículo publicado en el foro de The London School of Economics and Political Science el expresidente Carlos Salinas de Gortari se pronunció a favor de que los tres mandatarios de Estados Unidos, México y Canadá hagan todo lo posible por mantener la vigencia del TLCAN.
“Matar al TLCAN, como algunos proponen, destruiría millones de empleos en Estados Unidos, y haría todavía más daño en México”, dijo Salinas.
A su vez, Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, reiteró que si Estados Unidos quiere imponer cuotas o subir aranceles en el TLCAN, eso no será aceptado por México.
Este debate fue iniciado a principios de enero por Jaime Serra Puche, quien encabezó las negociaciones de ese acuerdo por parte del gobierno mexicano, al considerar que el peor escenario con la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos sería ceder a un “comercio administrado”.
Serra adujo que el comercio administrado sería “fatal” por tres razones: “Una, porque terminaría siendo la incertidumbre eterna; dos, porque habría un problema de corrupción gravísimo, y tres, porque distorsionaría precios relativos”.
Luego ponderó que este escenario sería peor frente a la alternativa de que Estados Unidos se saliera del TLCAN, con lo cual las aduanas estadounidenses aplicarían un arancel promedio de 2.8% a las importaciones de productos mexicanos, que es lo que le permite la Organización Mundial de Comercio (OMC).