México exportó automóviles al mercado de Estados Unidos por 30,577 millones de dólares en 2017, un alza interanual de 27% y un récord, de acuerdo con datos del Departamento de Comercio estadounidense.
Con ello, México acumuló ocho años consecutivos de crecimiento interanuales en estas ventas externas, siendo 2017 el de mayor dinamismo.
El auge ocurre tras una serie de inversiones en México durante los últimos años dirigidas a instalar nuevas plantas ensamble de automóviles (para el transporte de personas).
México se ubicó en la tercera posición entre los principales países proveedores de autos al mercado estadounidense, debajo de Canadá (43,745 millones de dólares) y Japón (38,780 millones de dólares).
En la racha más reciente, las exportaciones mexicanas de automóviles a Estados Unidos escalaron 4% en 2014; aumentaron 11% en 2015, y avanzaron 1% en 2016.
Al tiempo que se da el dinamismo de México, están por entrar en operación otras nuevas plantas de producción de automóviles y continúa la renegociación de Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en la que Estados Unidos busca cambiar las reglas de origen del sector con la intención declarada de aumentar el contenido nacional estadounidense.
El TLCAN ayudó a consolidar las reformas de la industria automotriz en México, al eliminar los decretos automotrices restrictivos. También incluyó el desmantelamiento gradual de muchas barreras no arancelarias al comercio, así como provisiones uniformes de país de origen, mayor protección de los derechos de propiedad intelectual y la eliminación de los requisitos de desempeño para los inversionistas de Estados Unidos y Canadá.
Además, muchos fabricantes de piezas han abierto fábricas en México para estar cerca del creciente número de plantas de ensamblaje de vehículos. Las plantas de partes en los tres países suministran a los fabricantes de sistemas automotrices (como los de freno y asientos) y de vehículos de motor sobre todo de los otros países del TLCAN.
Las estimaciones muestran que algunas partes y componentes de vehículos automotores cruzan la frontera de Estados Unidos más de ocho veces en el proceso de producción y ensamblaje.
En América del Norte se programó la construcción de siete nuevas plantas de ensamble de autos en el periodo de 2015 a 2023. De ellas, solo una de Volvo y otra de la alianza Toyota y Mazda se ubicarán en Estados Unidos y las cinco restantes en México, pertenecientes a Kia, Audi, Toyota, Mercedes Benz-Infiniti y BMW.
El presidente estadounidense, Donald Trump, influyó para que se suspendiera el proyecto de una nueva fábrica de Ford en México, tras intentar atraer esa inversión a Estados Unidos, la cual finalmente se fue a China. También hizo gestiones para que Toyota y Maza decidieran instalar una nueva factoría en Alabama, con planes para que inicie en 2021.
La llegada de estas plantan terminales y la expansión de otras que ya operaban en México propiciaron el arribo de proveedores, sobre todo de primer nivel o Tier 1 (que atienden directamente a la planta automotriz).