México y Brasil anunciaron que tienen coincidencias en 1,312 fracciones arancelarias en su primer intercambio de listas de productos a desgravar como parte del proceso de renegociación del Acuerdo de Complementación Económica Número 53 (ACE 53) entre ambos.

Los ACE son acuerdos de alcance parcial que, en la práctica, no liberalizan todo el comercio y que forman parte de las reglas de la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).

La cantidad de coincidencias equivale a 10.8% de la tarifa arancelaria que opera México y fue menor sobre todo frente a las expectativas de Brasil.

México propuso a Brasil liberalizar más su comercio en 2,450 fracciones arancelarias; a su vez, el planteamiento de Brasil comprendió la obtención de ventajas arancelarias en una lista de 4,903 fracciones arancelarias.

Fernando Ruiz Huarte, director general del Consejo Mexicano de Comercio Exterior (Comce), dijo que es probable que aumente el número de productos a liberalizar por el lado mexicano en el curso de las negociaciones.

Hasta ahora, el ACE 53 entre México y Brasil sólo brinda preferencias en las exportaciones brasileñas para 794 tipos de productos y en las exportaciones mexicanas para 793 fracciones.

El nivel de apertura actual entre las dos mayores economías de Latinoamérica, medido por el universo de fracciones arancelarias, unas 12,100, es limitado, si se considera que el ACE 53 abarca sólo 1,535 clasificaciones de productos, mientras que el ACE 55, que cubre el sector automotriz, elimina los aranceles a 140 distintos bienes automotrices, entre ellos los automóviles.

“Creo que sí podemos subir un poco más el número de fracciones, porque hay 7,000 de ellas que aplica México con arancel cero para terceros países; ahí hay campo para poder meter más fracciones”, opinó Ruiz Huarte.

Soraya Rosar, gerente ejecutiva de negociaciones internacionales de  la Confederación Nacional de Industria (CNI) de Brasil, estimó que el acuerdo de ampliación del ACE 53 será alcanzado en 2017.

Brasil propuso en mayo de 2015 a México otorgarse preferencias en más de 6,000 fracciones arancelarias. “Muchas empresas (brasileñas) que tienen productos que no están incluidos en el ACE 53, son empresas que venden productos en México”, dijo Robson Braga, presidente de la CNI de Brasil en ese mismo mes.

En otro posicionamiento posterior, en marzo de 2016, Brasil propuso a México pactar “un acuerdo industrial de integración comercial” que no impulse sólo una competencia abierta, sino una política deliberada que permita la instalación creciente de industrias en los dos países como consecuencia de un aumento del comercio bilateral.

“Que sea una lógica de producción común y de presencia industrial en los dos países para proveer un mercado común”, dijo Enio Cordeiro, embajador de Brasil en México.

Brasil se ha mostrado más aperturista, lo mismo con el presidente interino, Michel Temer, que con la presidenta suspendida, Dilma Rousseff, ambos con la directriz del Ministerio de Relaciones Exteriores (Itamaraty) de avanzar en la liberalización con México.

Desde mayo del 2003, las dos naciones pusieron en vigor el ACE 53, mediante el cual se otorgan preferencias arancelarias en productos como el tequila, la cerveza y los aguacates originarios de México o la pimienta, la yerba mate y alimentos para animales de Brasil. El 7 de julio, México y Brasil concluyeron, en Brasilia, la cuarta ronda de negociaciones.

Ambas naciones decidieron negociar, además de acceso a mercados y reglas de origen, aspectos como facilitación del comercio, servicios e inversión, medidas sanitarias y fitosanitarias, compras públicas, remedios comerciales, obstáculos técnicos al comercio, propiedad intelectual, medidas de salvaguardias y coherencia regulatoria; sin embargo, no incluyeron un procedimiento de solución de controversias, una herramienta para enfrentar las barreras comerciales.