Los negociadores del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) acordaron no presentar contrapropuestas en los temas de mayor confrontación en la renegociación del mismo, informaron fuentes informadas.
Los capítulos más adelantados de la negociación son comercio digital, telecomunicaciones, buenas prácticas comerciales y anticorrupción, los cuales llevan ya un avance de 75% y están considerados para su cierre técnico como un objetivo de las reuniones de esta semana.
Las mismas fuentes precisaron que la ronda 5.5 no se dará a conocer un comunicado trilateral sobre el estado de avance de las distintas mesas, como sí ha ocurrido en las pasadas rondas, sin especificar la razón.
Entre las distintas mesas, uno de los puntos en que ha cedido el gobierno estadounidense está en el capítulo de empresas de propiedad del Estado, en el que originalmente pidió ciertas definiciones sobre el universo y tipo de compañías abarcadas, que ponían en desventaja a firmas mexicanas con participación estatal.
Las discusiones sobre el capítulo de reglas de origen serán discutidas de miércoles a viernes, en las que México y Canadá esperan conocer los detalles de la propuesta de Estados Unidos.
En la quinta ronda, México aceptó fortalecer las reglas de origen en el sector automotriz, siempre y cuando esto no limite las capacidades productivas y exportadoras del país, y para ello planea establecer una contrapropuesta a Estados Unidos en la sexta ronda.
Estados Unidos planteó en la cuarta ronda de negociaciones que los automóviles importados por Estados Unidos desde México y Canadá tengan 50% de contenido estadounidense y 85% de contenido de los tres países, además de que se obligue al rastreo del origen del 100% de las piezas.
También durante la quinta ronda, los negociadores mexicanos presentaron contrapropuestas en asuntos sobre la revisión periódica del acuerdo comercial y las compras gubernamentales.
Estados Unidos propuso dar acceso a sus compras gubernamentales a Canadá y México al mismo nivel de acceso que le brinden sus dos vecinos en ese mismo rubro. Pero tanto México como Canadá se opusieron argumentando que eso no era equitativo dado la marcada diferencia de sus respectivas economías.
En este punto, la contrapropuesta de México fue que la medición de la apertura no sea en términos de “acceso”, sino de las compras efectivamente hechas.
México propuso revisiones rigurosas al TLCAN para evaluar los resultados por país y en forma regional cada cinco años, pero sin considerar una muerte súbita cada quinquenio, a menos que los tres países acordaran antes renovarlo, como lo pide Estados Unidos.