Si bien la situación laboral ha comenzado a mejorar, la recuperación sigue siendo volátil y las horas de trabajo a nivel mundial todavía estaban 3.8% por debajo de los niveles previos a la pandemia en el primer trimestre de 2022, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha concluido que las afectaciones por la pandemia han sido muy desiguales, con un impacto desproporcionado en aquellos que están menos protegidos en el mercado laboral, a menudo migrantes y mujeres.
Al hacer malabarismos con las responsabilidades de cuidado, una mayor proporción de mujeres que de hombres abandonaron el mercado laboral por completo, lo que comprometió los logros de desarrollo obtenidos con tanto esfuerzo y las perspectivas para el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género, añade la OIT.
Ahora la enfermedad por el coronavirus ya no domina las noticias. La Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) destaca que otras crisis y sus devastadoras consecuencias están captando la atención del mundo.
Sin embargo, el Covid-19 ha sido la crisis sanitaria y económica de un siglo, generando severos contratiempos e interrupciones.
Desde el estallido de la pandemia, se han informado a la Organización Mundial de la Salud (OMS) más de 6.2 millones de muertes a causa de la pandemia de Covid-19.
Sin embargo, es probable que el número total de muertes sea mucho mayor, ya que los registros desde entonces muestran que el exceso de mortalidad ha sido inusualmente alto.
En 2020, por primera vez en el siglo XXI, la pobreza mundial aumentó. Se estima que 77 millones de personas más vivían en la pobreza extrema en 2021, en comparación con 2019.
Horas de trabajo
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), hasta 161 millones de personas más pasaron hambre en 2020 en comparación con el año anterior.
Más allá del sufrimiento humano, la UNCTAD destaca que la pandemia provocó interrupciones en casi todas las esferas de la vida. Las escuelas y las fábricas cerraron o sufrieron muchas interrupciones, muchos bienes esenciales comenzaron a escasear y la vida pública y social casi se paralizó. El uso de máscaras y el distanciamiento social se convirtieron en la norma.
En abril de 2020, la mitad de la población mundial estaba confinada. Para el medio ambiente, los cierres crearon un breve respiro y un valioso respiro. Las interrupciones dieron como resultado la eliminación de millones de puestos de trabajo y privaron a las personas de sus medios para ganarse la vida decentemente.