Un informe de la UNCTAD refirió que según el Modelo de Política Global de las Naciones Unidas, se espera que el PIB mundial crezca 2.5% en 2022.
Esta cifra es 1.0 puntos porcentuales inferior a la tasa prevista para este año en el Informe sobre el Comercio y el Desarrollo 2021, pero coincide en líneas generales con la actualización que hizo la UNCTAD en marzo.
PIB
La revisión a la baja respecto al año pasado se debe a tres factores:
1.- El estímulo político promulgado en 2020 y 2021 resultó menos eficaz de lo esperado.
En particular, en el rebote de la recesión, los estímulos fiscales y financieros resultaron ser menores de lo esperado, con un impacto más débil en el crecimiento.
Esto hizo que el posterior endurecimiento de la política (tanto fiscal como monetaria) fuera más recesivo de lo que habría sido si la recuperación hubiera sido más fuerte.
2.- La respuesta de la oferta de los principales bienes y productos básicos fue insuficiente para responder al aumento de la demanda posterior a la crisis.
Este resultado no es sorprendente; muchos gobiernos se mostraron reacios a impulsar la inversión pública y a emplear una política industrial activa, lo que condujo a una situación en la que el “policy tapering” en curso (para liquidar el exceso de activos de los bancos centrales) se vio agravado por las subidas de los tipos de interés destinadas a contrarrestar las presiones inflacionistas.
3.- Los imprevistos vientos en contra derivados de la guerra de Ucrania redujeron el crecimiento en la Federación Rusa y en Ucrania y también provocaron una oscilación de los precios de las materias primas (que en su mayor parte se han reducido ya) y están actuando ahora como un choque adverso de la oferta tanto en las economías avanzadas como en las que están en vías de desarrollo.
Asimismo, la guerra en curso en Ucrania y las tensiones geopolíticas se suman a las ansiedades económicas.
Guerra de Ucrania
La actualización del indicador de marzo de 2022 ya tenía en cuenta las posibles consecuencias: choques energéticos y de productos básicos, interrupciones del comercio, inestabilidad financiera y de los tipos de cambio, presiones inflacionistas, migración forzada y flujos de remesas inestables.
Dado que la mayoría de estas consecuencias se han producido hasta ahora tal y como se preveía, las proyección de la UNCTAD se mantiene prácticamente sin cambios respecto a la de hace seis meses.
Pero esto también sirve para recordar que los problemas más críticos a los que se enfrenta hoy la economía mundial son anteriores a la guerra de Ucrania.