Las plantas de acero y aluminio estadounidenses emplearon a 140,100 trabajadores en 2018, que representan el 1.1% de los 12.7 millones de empleos en fábricas de la nación.
El empleo en la industria del acero ha disminuido durante muchos años debido a que la nueva tecnología, particularmente el mayor uso de hornos de arco eléctrico para fabricar acero, ha reducido la demanda de trabajadores.
Según la Oficina de Estadísticas Laborales, la productividad laboral en la fabricación de acero casi se ha triplicado desde 1987 y aumentó 20% en la última década.
Por lo tanto, es probable que incluso un aumento significativo en la producción nacional de acero dé como resultado un número relativamente pequeño de empleos adicionales, proyectó un análisis del Congreso estadounidense.
En 2018, por primera vez desde 2014, los fabricantes de acero agregaron 2,700 empleos, un aumento del 2% respecto al año anterior.
Los fabricantes de aluminio emplearon a 58,100 trabajadores en 2018, una cifra que ha cambiado poco desde la recesión de 2007-2009.
La fundición doméstica de aluminio a partir de mineral de bauxita, que requiere grandes cantidades de electricidad, ha estado en declive a largo plazo, y el aluminio secundario producido a partir de chatarra reciclada fundida en una fundición ahora representa la mayoría de la producción nacional de aluminio. Las importaciones de aluminio en bruto secundario no están cubiertos por la acción comercial de aluminio Sección 232.
Cupos al acero y aluminio
Estados Unidos anunció el 8 de marzo que fijaría aranceles globales de 25% a las importaciones de acero y de 10% a las de aluminio, argumentando preocupaciones de seguridad nacional, y otorgó a 34 países exenciones, las cuales mantuvo a cambio de límites a través de cupos para los casos de Brasil, Argentina, Corea del Sur y Australia, mientras las extendió sólo hasta el 1 de junio para México, Canadá y las 28 naciones de la Unión Europea. Inicialmente, estas tarifas entraron en vigor el 23 de marzo.