La minería se encuentra entre los principales sectores de la economía chilena, con el cobre dominando las exportaciones.
En el primer semestre de 2023, el sector primario disminuyó 1.2% (que representa 16.3% del PIB nominal total), el sector manufacturero se redujo 1.1% (que representa 10.0% del PIB nominal total) y el sector de servicios aumentó 0.3% (que representa 64.0% del PIB nominal total), en cada caso, respecto al mismo periodo de 2022 y en términos reales.
Según el gobierno chileno, la disminución en el sector primario se impulsó por una disminución en la minería y el cobre, y la disminución en el sector manufacturero tuvo su explicación sobre todo por una disminución en todos los subsectores, excepto alimentos, bebidas y tabaco, y productos metálicos, maquinaria y equipo y otras manufacturas.
Simultáneamente, el aumento en el sector de servicios se originó principalmente por el aumento de la electricidad, el petróleo, el gas, el agua, la vivienda y los servicios personales.
La Organización Mundial de Comercio (OMC) refiere que la economía chilena continúa dependiendo en forma considerable del sector minero, particularmente de la minería del cobre.
Economía chilena
La participación de este sector en el PIB corriente sufrió considerables variaciones durante el periodo objeto de examen, las cuales reflejan en buena parte la fluctuación de los precios internacionales del cobre y otros minerales, como es habitual en Chile y como ya se indicó en informes anteriores.
A esto se debe añadir el efecto de la pandemia, que afectó a los demás sectores de la economía, particularmente a los servicios y a la construcción, en una mayor proporción que a la minería.
Así, la participación de la minería en el PIB corriente fue del 14.2% en 2022, comparada con 7.9% en 2015.
Cobre
La minería del cobre representó 10.9% del PIB en 2022 frente a 7.2% en 2015.
Sin embargo, la proporción de la minería del cobre dentro del PIB minero se contrajo en los últimos siete años, de 91.1% en 2015 a 76.8% en 2022.
La OMC señaló que esto se debió a que la caída en el volumen producido de cobre en 2022 fue superior a la reducción en la producción de otros minerales.