Un estudio realizado en México con apoyo de la Secretaría de Economía y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional recomendó cinco prácticas para hacer frente a los potenciales riesgos que amenazan a las empresas, entre ellas la colaboración con proveedores.

Una primera sugerencia es considerar algunas prácticas para diversificar los riesgos en la cadena de suministro, como distintas ubicaciones para la instalación de fábricas y almacenes; una mayor variedad de productos o servicios ofrecidos en el mercado; distintos proveedores de materia prima clave, y flexibilidad en los procesos y modelos operativos.

Otra práctica consiste en la prevención de riesgos, para lo cual se requiere invertir en la evaluación de las principales vulnerabilidades de la cadena de suministro, así como en la elaboración de escenarios en caso de enfrentarse a un evento que ponga en riesgo alguna actividad central.

En la vertiente de colaboración con proveedores, el análisis concluyó que una buena comunicación con los proveedores clave permite elaborar planes de contingencia como: contratos de corto plazo con otro proveedor y colaboración entre la empresa y el proveedor para resolver problemas en la cadena, entre otros

Un cuarto consejo radica en medir el impacto de los riesgos y los costos de elaborar planes de contingencia. Con estas mediciones, las empresas identifican los riesgos que son susceptibles de asumir dado un beneficio mayor.

Finalmente, el estudio recomienda el uso de herramientas como Total Quality Management Six Sigma, que permiten alinear a toda la empresa en la optimización de procesos, productos y servicios para mejorar la propuesta de valor del cliente y, por lo tanto, su satisfacción.

El documento se intitula: Estudio de indicadores del desempeño logístico de las cadenas de suministro en México 2014.