Los Estados Unidos poseen alrededor de una quinta parte de la capacidad de refinación de petróleo del mundo, de acuerdo con información de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Ahí la industria se expandió gracias al auge de la producción de petróleo de esquisto cuando las exportaciones de petróleo crudo estaban sujetas a la obtención de licencias, y en la práctica estaban prohibidas, mientras que los productos refinados podían exportarse con más facilidad.
Se produce petróleo crudo en 32 estados y en aguas costeras de los Estados Unidos, principalmente en el Golfo de México.
La mayor parte de los incentivos a la producción de petróleo (y gas) se conceden en forma de ventajas fiscales para las empresas productoras, y los productos del petróleo están sujetos a impuestos (relativamente) suaves.
Al mismo tiempo, la producción de petróleo (de esquisto) de baja permeabilidad es sensible a los precios, y el auge de esta industria se atenuó en 2015-2016 a raíz de la moderación de los precios, si bien volvió a repuntar debido a la restricción de los mercados.
A mediados de 2018, los Estados Unidos se convirtieron en el mayor productor de petróleo crudo del mundo, tras superar primero al Reino de la Arabia Saudita (en febrero de 2018) y después a la Federación de Rusia (en julio de 2018).
Luego, la producción de los Estados Unidos siguió creciendo durante 2019 y hasta los primeros meses de 2020.
Refinación de petróleo
La pandemia de Covid-19, que tuvo fuertes repercusiones en la demanda y en los precios mundiales, provocó una caída de la producción de petróleo en los Estados Unidos que continuó hasta 2021.
Así, las empresas de prospección y producción recortaron los gastos de capital y se centraron en finalizar la construcción de pozos en lugar de llevar a cabo nuevas perforaciones.
La producción de los Estados Unidos, que está aumentando nuevamente, podría ascender en promedio a unos 12 millones de barriles diarios (b/d) en 2022, pero seguirá manteniéndose por debajo del nivel de noviembre de 2019 (13 millones de b/d).
En 2015 se levantó la prohibición de 40 años de duración a la exportación de petróleo crudo.
Debido a la elevada demanda interna, los Estados Unidos son un importador neto de determinados productos derivados del petróleo.
De acuerdo con la OMC, la Reserva Estratégica de Petróleo de los Estados Unidos consta de cuatro zonas con profundas cisternas para el almacenamiento subterráneo de una capacidad total de hasta 727 millones de barriles de petróleo crudo.
Entre los ejercicios fiscales 2017 y 2020, se vendieron alrededor de 60 millones de barriles de petróleo de la Reserva.
No obstante, a finales de 2021, sus existencias ascendían a 593.7 millones de barriles de petróleo crudo.
La legislación vigente permitirá utilizar unos 310 millones de barriles de la Reserva para 2031.
