Los avances en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) están siendo frenados por la petición de Estados Unidos de incluir un componente laboral en las reglas de origen del sector automotriz, informó una fuente al tanto de las conversaciones.
Estados Unidos propuso que 40% del contenido de un automóvil se fabrique utilizando mano de obra pagada de 16 dólares o más por hora para tener derecho a ser exportado sin cobro de aranceles en el marco del TLCAN.
Para una camioneta pick up, elevó el mismo tipo de requisito a 45%, poniendo en ventaja al propio Estados Unidos y a Canadá y marginando a México en el cumplimiento de este requisito, al no pagar actualmente la media de ese salario a los empleados automotrices en ninguna zona.
Su iniciativa permitiría que 15 puntos porcentuales de ambos umbrales provenga de empleados en trabajos de investigación y desarrollo ventas, software y desarrollo de productos. La manufactura con altos salarios, por tanto, cubriría los 25 puntos porcentuales restantes para el caso de vehículos livianos y 30 puntos para las camionetas.
“Éste es uno de los principales obstáculos de la negociación”, dijo la fuente. Los negociadores esperan llegar a un consenso en el campo automotriz para poder avanzar más rápido en otras esferas de la negociación.
La semana pasada, Alejandro Rodríguez, analista de la consultoría estadounidense Plante Moran, opinó que la propuesta de Estados Unidos de incluir un componente laboral en las reglas de origen de la industria automotriz del TLCAN generaría un precedente a nivel mundial.
Ningún tratado de libre comercio del mundo incluye un componente laboral, que en el caso de México funciona como una exclusión, comentó.
También Rodríguez recalcó que existe la posibilidad de que este cambio se podría tomar como referencia para aplicar reglas similares en otros productos diferentes a los del sector automotriz.
“No importa cuál sea el porcentaje, esto crearía un precedente, ya que se podría replicar en otros tratados de libre comercio o en otros productos; es una caja de pandora”, dijo.
Lighthizer pidió que 70% del acero y del aluminio usado en la producción de autos y camionetas sea originario de América del Norte.
A su vez, las piezas automotrices “esenciales”, como el motor, la transmisión, el chasis, la carrocería, las partes estampadas y la suspensión, también tendrían que cumplir con un valor de contenido regional de 75% a partir de un plazo de cuatro años. Por lo que respecta a las autopartes “principales”, la tasa sería de 70% y para las “complementarias”, de 65 por ciento.
El rastreo del origen de los insumos, partes y componentes se eliminaría de manera inmediata.