La Universidad de Oxford calcula que el 47% de los empleos en Estados Unidos podría ser automatizado en las próximas dos décadas, y otras investigaciones muestran que un tercio de los puestos de trabajo dejará de existir en 2025, mientras que el resto se transformará profundamente a través de procesos de automatización.

Esto ha sucedido en gran escala en las fábricas, lo que muestra que el mundo está frente a una nueva revolución industrial, de acuerdo con una editorial publicada este miércoles en el diario brasileño Valor Econômico.

Entre los siglos XVIII y XIX, Europa fue el escenario de varios cambios iniciados en Inglaterra, que culminaron con la sustitución del trabajo artesanal de la producción en serie, a través de máquinas.

A grandes rasgos, esta fue la primera revolución industrial y el mundo observó un hito para todas las relaciones humanas a partir de entonces.

Hoy en día, según la opinión del periódico, más de 350 años después de este movimiento, el mundo va a otra fase revolucionaria que impactará profundamente la sociedad, generando cambios en la forma en se hacen negocios, relaciones personales y profesionales, e incluso los estudios, la educación superior y las profesiones.

Todos estos cambios surgen a partir de tres letras: RPA, acrónimo que significa automatización de procesos mediante robots. Su función es la de transformar las rutinas, que hoy en día se hacen por las personas en los procesos automatizados con el software, tales robots.

Hay tres clases o niveles del EPR: la primera es responsable del manejo de transacciones y la información repetitiva; la segunda utiliza los datos no estructurados y la interpretación del texto; por último, la tercera incluye la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, la simulación de la inteligencia humana.

No existe ninguna limitación técnica para la automatización. Puede ser un centro de llamadas, un servicio o un análisis legal, o registro contable. El grado de complejidad varía ampliamente, pero no hay una solución de limitar el nivel global.

El uso de la robótica y tecnologías cognitivas está configurado para permitir la digitalización progresiva de las actividades que requieren algún grado de juicio. El desarrollo de estas tecnologías ha sido impulsado por los avances significativos en la inteligencia artificial, el compromiso digital, análisis de datos, las redes sociales, la tecnología móvil y el uso de la nube.

El editorial fue escrito por Fernando Aguirre, socio líder de KPMG en Brasil para la práctica de servicios, subcontratación y automatización.