La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) describió seis factores que propician la escasez de chips semiconductores en el mundo.
En general, las restricciones a la movilidad impuestas en diversos países para controlar la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) produjeron perturbaciones en la industria electrónica que han afectado a varias otras industrias a nivel mundial.
Entre ellas se destaca la industria automotriz, que redujo los pedidos de microprocesadores al inicio de la pandemia debido a la baja demanda de automóviles y a los cortes en la cadena de suministro.
Entre factores que propician la escasez de semiconductores están:
- Ampliación de la demanda de computadoras y otros productos electrónicos generada por el teletrabajo y la educación a distancia.
- Expansión del uso de criptomonedas, cuya tecnología y garantía de seguridad exigen gran poder computacional.
- Proliferación de servicios informáticos a distancia, incluidos los de almacenamiento de datos en la nube y el despliegue de las redes 5G.
- Escasez de resinas y semiconductores utilizados como aislantes en el proceso de elaboración de los microprocesadores y circuitos integrados.
- Gran concentración geográfica de la producción de microprocesadores, semiconductores y circuitos integrados (la República de Corea y la Provincia China de Taiwán, por ejemplo, capturan 83% de la producción mundial de chips).
- Altos niveles de inversión y los extensos plazos necesarios para la puesta en marcha de nuevas fábricas de microchips y nanochips.
Escasez de semiconductores
En promedio, se necesitan entre 2.5 y 4 años para la puesta en marcha de nueva capacidad instalada.
A esto se suma el efecto de nuevas olas de contagio y cuarentenas obligadas en los países de Asia que concentran la producción mundial.
Para paliar la crisis, varios gobiernos de países desarrollados han tomado medidas considerando la naturaleza estratégica del sector.
Tanto la Unión Europea como los Estados Unidos están tratando de incentivar la producción de semiconductores en sus territorios.
Para ello, buscan generar alianzas con las grandes empresas del sector, como Taiwan Semiconductor Manufacturing Company Limited (TSMC) y Samsung, e impulsan la reactivación de la capacidad instalada de otras, como es el caso de Intel Corporation en los Estados Unidos.
Actualmente, el Congreso estadounidense se encuentra considerando un proyecto de ley que prevé el otorgamiento de subsidios para la producción local de microprocesadores por un monto de 52,000 millones de dólares.
Pese a todos estos esfuerzos, se estima que el sector tardará al menos un par de años más en reactivarse completamente.