De mantener Estados Unidos una posición codiciosa en la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), estropeará el alcance de un acuerdo, advirtió Ildefonso Guajardo, secretario de Economía.
“De alguna manera, él (Trump) ya trae una medalla en el pecho; si esa medalla creen que pueden obtenerla siendo más ambiciosos y más greedy (codicioso), como se dice en inglés, esa ambición los va a llevar a echar a perderlo, porque nos va a ser imposible a Canadá y México subirnos a un acuerdo con un nivel de desbalance que no podemos defender”, argumentó en una entrevista televisiva.
La renegociación del TLCAN no ha podido cerrarse porque Estados Unidos no ha quitado ningunas de las llamadas “píldoras venenosas”, afirmó Juan Carlos Baker, subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, la semana pasada.
El término fue acuñado por Thomas Donohue, presidente y director ejecutivo de la Cámara Americana de Comercio de Estados Unidos, en un mensaje que dio en la Ciudad de México en octubre de 2017.
Desde la perspectiva del gobierno de México, estas píldoras de veneno comprenden propuestas de Estados Unidos como la cláusula del sunset, con la cual se terminaría automáticamente el acuerdo comercial cada quinquenio, a menos que los tres países acordaran antes renovarlo; reformas en la metodología para fijar cuotas compensatorias por dumping o subsidios en productos agrícolas; y cambios en los mecanismos de resolución de controversias.
Estados Unidos ha pedido adicionalmente aumentar el valor general de envío, llamado de minimis; restringir las compras gubernamentales de su país a importaciones desde México y Canadá, y quitar cupos de textiles otorgados a sus dos vecinos.
Guajardo ha planteado el interés del gobierno mexicano de cerrar las negociaciones del TLCAN lo más pronto posible, siempre y cuando se logre un acuerdo beneficioso para las tres partes.
“Entonces, hay un justo medio donde todo mundo podemos ganar y darle un spinning (giro), una explicación a lo acordado favorable a los tres países. Pero los negociadores tenemos que saber dónde está ese punto. Y si no lo entendemos, nos vamos a equivocar, porque vamos a presionar de más”, añadió.
Expuso que no se ha dado ninguna vinculación entre los asuntos migratorios Estados Unidos y México y la renegociación del TLCAN, tal como lo llegó a sugerir Trump hace unas semanas.
“Robert Lighthizer (el negociador estadounidense) tiene su plato más que lleno de responsabilidades; tiene abierto China, tiene abierto Europa, tiene abierto Nafta (…) Él se concentra en sus temas, no tiene tiempo para andar pensando en qué efectos tienen otros temas en la relación bilateral”, dijo Guajardo.
La dirección futura y el resultado final de estas renegociaciones tienen importantes implicaciones en el futuro de la política comercial de Estados Unidos; las economías de los tres países de América del Norte, y las relaciones más amplias entre todas las partes del TLCAN.
Varios temas de interés de la Casa Blanca han sido incorporados a la nueva versión del TLCAN, de acuerdo con anuncios oficiales y filtraciones a la prensa, relacionados con propiedad intelectual, comercio electrónico, anticorrupción, asuntos laborales y ambientales, reglas de origen en el sector automotriz y regulaciones a empresas propiedad del Estado.
“(Lighthizer) tiene un lema muy sencillo: se dedica a sus propias cabras. Él no se mete a tratar de buscar balances en temas que en el fondo prácticamente desconoce. Esto ayuda porque estamos enfocados en esto (el comercio)”, dijo Guajardo.