Ternium S.A. firmó un Memorando de Entendimiento (MDE) con Vale S.A. en el que ambos acordaron buscar oportunidades para desarrollar soluciones de fabricación de acero enfocadas en reducir las emisiones de CO2.
Por hoy, Ternium es el principal productor de acero plano de América Latina con una capacidad de producción anual de acero bruto de 12.4 millones de toneladas.
La empresa opera en México, Brasil, Argentina, Colombia, el sur de Estados Unidos y Centroamérica a través de plantas de fabricación regionales, centros de servicio y su propia red de distribución.
Además, participa en el grupo de control de Usiminas, empresa líder de aceros planos en el mercado brasileño.
Dióxido de carbono
Ya Ternium ha adoptado una nueva estrategia de descarbonización con un objetivo a mediano plazo de reducir su tasa de intensidad de las emisiones de dióxido de carbono en 20% en 2030, frente a su tasa base de 2018 de 1.7 toneladas de dióxido de carbono por tonelada de acero.
En general, la estrategia de la compañía para lograr este objetivo de reducción 2030 se basa en un enfoque multifacético, que incluye el uso intensificado de energía renovable en sus instalaciones, aumentando la participación de la chatarra en la mezcla metálica y la capacidad de captura de carbono en sus instalaciones de DRI en México.
Al mismo tiempo busca reemplazar parcialmente carbón coquizable con carbón vegetal en sus operaciones en Brasil y Argentina, y priorizar tecnologías de producción de acero de menor emisión específica y estrategias de eficiencia energética.
Ternium y Vale
Ambas empresas pretenden desarrollar estudios de factibilidad económica de posibles inversiones en una planta de briquetado de mineral de hierro ubicada en la instalación de Ternium Brasil; y en plantas para la producción de productos metálicos con baja huella de carbono, utilizando Tecnored, HYL y otras tecnologías para la reducción de hierro.
Esta iniciativa contribuye a lograr el compromiso de Vale de reducir 15% de las emisiones netas de Alcance 3 para 2035.
Además, Vale busca reducir sus emisiones absolutas de Alcance 1 y 2 en 33% para 2030 y lograr la neutralidad para 2050, en línea con el Acuerdo de París, liderando el proceso de evolución hacia la minería baja en carbono.
