El 1 de febrero marca el segundo aniversario del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre la Unión Europea (UE) y Japón, llamado Acuerdo de Asociación Económica (AAE).
El Comité Conjunto establecido en virtud del Acuerdo, copresidido por el vicepresidente ejecutivo Valdis Dombrovskis y el ministro de Relaciones Exteriores de Japón, Toshimitsu Motegi, celebra este aniversario acordando mejoras al mismo.
“Cada lado verá 28 Indicaciones Geográficas (IG) adicionales protegidas y el comercio de vino y vehículos entre los dos lados será aún más fácil que antes”, informó la Comisión Europea.
Dombrovskis, dijo: “El Acuerdo de Asociación Económica UE-Japón es uno de nuestros acuerdos más importantes. Juntos, la UE y Japón representan una cuarta parte del PIB mundial y nuestro comercio bilateral alcanza unos 170,000 millones de euros al año”.
La lista de IG protegidas de países de la UE y Japón ahora incluye 28 IG adicionales para cada lado. Este es un avance importante, ya que es la expansión más rápida de una lista de IGs bajo un TLC.
Esta lista se ampliará en 55 indicaciones geográficas para ambas partes. Algunas IG de países de la UE incluyen Cassis de Dijon, aceite de oliva Kalamata y vino Cariñena.
TLC
La Comisión Europea destacó que exportar vehículos al otro lado será más fácil. Las dos partes acordaron ampliar la lista de requisitos de seguridad que no requerirán aprobaciones dobles.
Por ejemplo, si la UE emite una certificación de que un automóvil fabricado en la UE exportado a Japón cumple con ciertos requisitos de seguridad, Japón ya no verificará el cumplimiento de esos requisitos, y viceversa.
Esto incluye importantes tecnologías nuevas y ecológicas, como los vehículos híbridos y de hidrógeno.
Japón ha acercado recientemente sus normas de vino a las de la UE de conformidad con el TLC y ha autorizado en su territorio varias prácticas enológicas de la UE. Como resultado, más vino de la UE podrá llegar al mercado japonés.
Los procedimientos para reclamar y obtener preferencias arancelarias se han simplificado. Esto ha facilitado que las empresas de la UE exporten a Japón.
Simplificar los procedimientos es particularmente importante para las pequeñas empresas que a menudo no tienen recursos para explorar y hacer uso de reglas complicadas.
