En 2023, el tráfico de contenedores total medido por el índice RWI/ISL disminuyó 0.6% con respecto al año anterior, refirió la OMC.
Esta cifra es muy cercana a la estimación de la OMC para las exportaciones mundiales de mercancías (-0.6 por ciento).
Al parecer, agregó el organismo, en enero el tráfico mundial aumentó 6.2% en comparación con el mismo mes de 2023, pero ello se debió principalmente al aumento de 8.9% en el tráfico portuario chino.
Tráfico de contenedores
¿Qué mide el índice del tráfico de RWI/ISL? Se basa en el tráfico de contenedores de 92 puertos, que representan 64% del comercio mundial, lo que lo hace razonablemente representativo del comercio mundial de mercancías
El RWI/ISL consta de datos de rendimiento de contenedores de esos puertos internacionales recopilados continuamente por el ISL Monthly Container Port Monitor como parte de su observación del mercado.
El tráfico total, excluida China, solo aumentó 4.2%, mientras que el tráfico en los puertos de Europa Septentrional disminuyó 2.5 por ciento.
Según la OMC, el índice de tráfico total muestra que el tráfico mundial de contenedores ha aumentado lentamente en los últimos meses, lo que indica que los recientes ataques al transporte marítimo a través del Mar Rojo han tenido un efecto limitado en el comercio.
Sin embargo, el aumento simultáneo del tráfico en los puertos chinos y la disminución del tráfico en los puertos europeos en enero podrían estar relacionados con las demoras en el transporte marítimo.
Rutas marítimas
De acuerdo con la empresa Safe Bulkers, los acontecimientos mundiales, incluidos los atentados terroristas, otras hostilidades internacionales y la posible interrupción de las rutas marítimas, como la guerra entre Rusia y Ucrania y la guerra entre Israel y Hamás y la interrupción del comercio en el Mar Rojo, podrían afectar negativamente a sus resultados de explotación y a su situación financiera.
Los actos de piratería han afectado históricamente a los buques oceánicos que comercian en regiones del mundo como el Mar de China Meridional, el Océano Índico y el Golfo de Adén, frente a la costa de Somalia.
Aunque la frecuencia de la piratería marítima en todo el mundo ha disminuido en general desde 2013, siguen produciéndose incidentes de piratería marítima, en particular en el Golfo de Adén, frente a la costa de Somalia, y cada vez más en el Mar de Sulú y el Golfo de Guinea, siendo los buques de carga seca y los petroleros especialmente vulnerables a estos ataques.